Fellini Satyricon - Federico Fellini (1969)

Un poco antes del Decamerón (1971) de Pasolini, Federico Fellini tomó los relatos del Satiricón de Petronio y los hizo película. No sé cuáles fueron las razones para hacer esto, el director ya contaba con un estilo definido y funcional. Quizá intentó probar nuevas maneras de contar. Agradezco el intento de reinventarse. Sin embargo, el filme muestra cierta torpeza e incomodidad. Al inicio no explica mucho sobre los personajes y yo no encontré razón para identificarme con ellos. en consecuencia, sus actos me parecieron  irrelevantes. La historia central tarda demasiado en construirse y requiere mucha atención del espectador. La mezcla entre historia antigua y escenarios modernos me desconcertó. Cuando por fin entendí hacia dónde iba la trama, perdí todo interés. Además los capítulos colaterales son débiles y no impactan directamente el desarrollo de las acciones centrales. La puesta en escena se siente muy teatral y el desfase entre en el sonido y la actuación interrumpe el fluir de las escenas. 

Los colores de los escenarios y del vestuario, los peinados y en general toda la apariencia de la película es poco verosímil. Da la impresión de que todo lo pintaron con pinturas "Vinci" de colores primarios. Las actuaciones no ayudan, el maquillaje es horrible y los escenarios chafas. Hay un abuso de la tablaroca y del set que no me permitió creer nada. El sismo es una caricatura incoherente. La película se hace larga y tediosa.  

La obsesión Encolpio por Gitone y su amistad con Ascilto parecen gratuitas. Sólo rescato algunos diálogos interesantes relativos al arte y a la fragilidad de la vida. El carpe diem aparece a cada tanto, acompañado del contraste ente Eros y Thanatos. Quizá en el momento de su estreno haya sido innovadora y rebelde, hoy se siente cansada y vacía.

Mientras la veía, La vida es una tómbola sonaba en mis oídos. La canción es mucho mejor que el filme. El mensaje general de la obra es que debemos aprovechar la vida, pero tuve la sensación de estar perdiendo el tiempo. 

Fellini tiene otras películas extraordinarias y no sería justo juzgarlo por esta. Todos cometemos errores y tenemos malos ratos, malos años o malas décadas. Si quieren ver algo de este director empiezan por La Strada (1954) o Le Notti de Cabiria (1957). Sé que mi juicio a 50 años de su estreno carece de las bases para entender sus aportaciones al cine, de modo que les agradecería si después de verla, se toman unos minutos para compartir su opinión conmigo. (Ab.)