Capharnaüm - Nadine Labaki (2018)

Cafarnaúm: la ciudad olvidada es un filme que se hizo famoso por ganar el Premio del Jurado en el Festival de Cannes y estar nominado al Oscar como mejor película extranjera. Si disfrutas de ver sufrir a otros, en especial a niños, este filme es para ti. Yo lo odié, me aburrí y por ratos me dormí. Quizá está muy bien realizado, si por ello entiendes que todo es perfectamente verosímil; quizá está bien fotografiado, aunque todo lo que ves en pantalla es mugre y miseria; e incluso la actuación del niño quizá sea particularmente buena. Nada de eso logra que yo tenga buena opinión de este filme. Entiendo que de vez en cuando hay que asistir al cine y mirar cosas que nos desagradan y nos hieren con la finalidad de conocer otras realidades. Pero este filme es predecible, cae en clichés y, si ves el corto, puedes imaginártelo completo. Además todo lo que pasa puede estar pasando ahora mismo en Chalco o en cualquier otro sitio de los cinturones de miseria de la Ciudad de México. Aunque no lo disfruté, no me gustó y no lo recomiendo, reconozco que su mensaje es fuerte y claro. Supongo que gracias a él ha recibido tanta atención.

El mensaje es que urge una reglamentación sobre la paternidad. Todos somos libres de tener hijos y eso está muy bien cuando se hace de manera responsable. Sin embargo, hay personas cuya capacidad intelectual, física y afectiva está por debajo del mínimo necesario para ejercer ese derecho. Ya ni hablar de lo económico. Este filme es un alegato por la esterilización, el control natal, el aborto, la eutanasia y los derechos humanos.

La vida es todo lo que tenemos, sin ella nada puede haber y sin embargo, hay vidas que parecen haber sido creadas para engordar las peores estadísticas. Este mundo no necesita más humanos, necesita mejores humanos. 

Aun así hay grupos de fanáticos religiosos, tipo Provida, que quieren que haya más gente en el mundo. No importa que estén en la cárcel, en la miseria o sean esclavos, los conservadores siguen ladrando esa estúpida frase bíblica: Henchid la Tierra y sometedla.

Por cierto, no estoy diciendo que sólo los ricos pueden tener hijos. Ellos también deberían ser sometidos a rigurosos exámenes antes de obtener un permiso de paternidad. En mi experiencia, entre la gente rica se forman los peores padres. 

Limitar el número de hijos me parece indispensable para que la Tierra aguante y nos mantenga con vida. Tener un segundo hijo debería costar. Tener más de dos, debería estar penado. ¿Tú qué opinas? (Ab.)