Se rokh - Jafar Panahi (2018)

Tan sólo faltan dos días para que arranque la 65 Muestra Internacional de Cine en la Cineteca Nacional. Tres rostros es la nueva película de Jafar Panahi el director iraní de Taxi Teherán (2015). Aquél filme es estupendo y Tres rostros intenta imitar la receta cambiando el escenario. Si en Taxi hacíamos un recorrido por la ciudad; ahora viajamos a un área rural. Nuevamente Mr. Panahi aparece en pantalla conduciendo una camioneta en lugar de un taxi. El motivo del viaje es que la actriz que acompaña al director recibió  un video suicida en el que una joven expresaba su deseo de estudiar actuación y decía haber solicitado su ayuda.

Viajan al pueblo de la joven y allí nos muestran las costumbres de los habitantes del pueblo. Lo que vemos, al igual que en Taxi, parece ser un video turístico que desliza  una crítica cariñosa.

Panahi domina este modo de hacer cine. Las acciones fluyen muy ligeras y da la sensación de que todo sucede en tiempo real. Incluso parece que no hubiera un guión y que capturaran las reacciones naturales de la gente.

En teoría, la columna vertebral de la película es mostrar tres etapas de las mujeres actrices. En la primera, encontramos la pasión y la voluntad de vencer todos los obstáculos; en la segunda, un poco de soberbia, plenitud y locura; y en la última, creatividad, aislamiento y rencor. Pero esas etapas no lucen mucho. Están allí pero se van al fondo del barril y lo que se disfruta es el viaje. 

Si no han visto Taxi deben verla. Yo la prefiero sobre ésta que me hizo cabecear y hasta dormir por unos instantes. Me parece que le falta chispa y que el segmento de la actriz veja es aburrido por la sencilla razón de que nunca la vemos. Además si en ese segmento el director se echa un coyotito, yo no tengo razón para permanecer despierto.

Si ya vieron Taxi y les gustó, es muy posible que disfruten ésta. Si ven aquella y la detestan (no lo creo, pero nunca se sabe), entonces mejor eviten Tres rostros. Siempre vale la pena ver cine de otros países que no responde a la estructura Hollywoodense. Cuando menos permite conocer lugares y costumbres que normalmente están fuera de nuestro alcance. (Ab.)