The Blind Side - John Lee Hancock (2009)

“Es tu decisión. Es tu vida.”

–Leigh Anne Tuohy.

The Blind Side o Un sueño posible para nosotros los mortales, es una película protagonizada por Sandra Bullock y Quinton Aaron, que cuenta la historia real de Michael Oher, un joven de Memphis, Tennessee, que recibe una beca para estudiar, sin importar que su expediente no sea prometedor, ya que lo que interesa al reclutador es su futuro en los deportes, específicamente en fútbol americano. Y es en esta nueva escuela de ricos, que Michael no sólo encontrará la oportunidad de cambiar su vida, sino de encontrar una familia. 

Yo he visto esta película unas diez veces y nunca me aburre. Es de esas cintas simples que no necesitan gran atención después de la primera vez, permitiéndote estar en tu celular a gusto. Créanme, este es un punto a favor. No se complica, no intenta dar mensajes subliminales o esconder detalles por ahí, es simple, directa y lo hace muy bien. Desde que inicia sabes qué rumbo va a tomar: que la mujer rubia y rica adoptará al chico pobre afroamericano, sin importar que lo niegue o parezca no interesarle la idea. Sabes que Michael jugará fútbol americano y triunfará en eso, sin importar que insista en que no lo entiende. Pero hay un encanto en el camino que quita la molestia del obvio final. Y ese encanto se resume en Sandra Bullock.

No tengo idea de con quién compitió por el Oscar en 2010 a mejor actriz, pero entiendo por qué lo ganó. Su personaje es una mujer trabajadora, protectora y compasiva, todo cubierto con una capa de autocontrol que la hacen parecer fría al principio. Pero poco a poco nos damos cuenta que es sólo su escudo contra el mundo. Sí, jamás explican qué la hizo levantar ese escudo, pero no lo hacen porque ella no es el personaje principal, sino Michael, y el tiempo que se pudo tomar la película en explorar las razones de esta mujer para adoptar a un chico de la calle, lo usan para el pasado de Michael. Que está bien, él es el principal después de todo, pero Quinton Aaron no logra transmitir ese algo especial e interesante que despierta Bullock.

Michael es un gran personaje también, no me mal entiendan, es un chico que salta de casa adoptiva a la calle a otra casa adoptiva, pasado suficiente para que cualquiera se vuelva desconfiado y reservado. Lo entiendo. Pero además, su actitud resignada a la suerte de la vida es la que me hace desear que fuera un secundario, que no nos robe tiempo de ver el arco de la Señora Tuohy. Porque sí, a pesar de cargar con la película, Michael no se desarrolla tanto como su madre adoptiva. Su crecimiento se limita a lo académico y el fútbol, su actitud es básicamente la misma: protectora y cariñosa con quienes considera su familia o de confianza; mientras que la Señora Tuohy pasa de ser un ama de casa elegante y decidida, a una mujer vulnerable a momentos que realmente quiere que sus hijos, los tres, sean felices. 

Como dije, la historia es simple y predecible, pero cuando el camino parece ir derecho al final feliz, el filme saca una problemática de la nada y ese es su punto débil para mí. Además de resolverse en dos escenas, nunca le he encontrado la lógica. Se explica que cierto grupo está preocupado de que familias ricas comiencen a adoptar promesas deportivas y los orillen a la universidad de su preferencia. ¡No! ¿Cómo? ¿Que alguien quiere dar la oportunidad de ir a la universidad a una persona que ni en sueños lo hubiera logrado? ¡Alguien llame al FBI! No lo entiendo y la he visto más de diez veces. ¿Por qué es tan terrible que los Tuohy quieran que Michael estudie en la misma universidad que ellos? Según yo, siempre tendrás cierta preferencia por tu alma mater y si tienes hijos querrás que estudien ahí mismo, pero a menos que sean tontos no sabrán que esa no es su única opción. De hecho acabo de darme cuenta porqué me molesta tanto esta problemática, porque hace ver a Michael como tonto cuando se pasaron una secuencia entera dejando claro que no es el caso.

Sin duda, Un sueño posible es una película perfecta para un domingo en el que quieras quedarte en pijama, apagar el cerebro y recordar que aún hay personas buenas en el mundo (al menos, en Tennessee sí). (Scarlet Oliva)