Final Destination - James Wong (2000)
“Hay un designio para todo el mundo y todavía no sé cómo pero voy a interrumpirlo.”
–Alex Browning.
Final Destination es una de las pocas películas con una buena traducción en su título, protagonizada por Devon Sawa y Ali Larter, que cuenta la historia de Alex, un adolescente que tras tener una visión donde su vuelo explota en el aire, baja del mismo junto a otros compañeros y así todos logran esquivar el plan de la muerte; pero ésta iniciará una serie de eventos contra los sobrevivientes para regresar el equilibrio natural, mientras Alex intentará advertirles el destino que les espera.
La primera vez que vi esta película tenía unos trece años, y me sorprende que mi percepción de ella no haya cambiado mucho. Yo la recordaba como una película promedio, con momentos tensos y muertes creíbles pero claramente exageradas. Sí, sigue siendo media, tiene sus momentos tensos, pero lo que pude ver ahora es que dos de sus muertes las exageraron al máximo y tiene una de las conversaciones más forzadas y explicativas que he visto desde Frozen 2.
Pero antes de enfocarnos en lo malo, veamos lo bueno. La lógica de cada personaje es su mayor acierto.
Alex tiene una visión vívida de que su avión estallará en el aire, suficiente para alterar a cualquiera, súmenle que después de despertar, encuentra una coincidencia demasiado grande para pasar por alto, así que ahora, convencido de que acaba de ver el futuro, busca advertir a los demás pasajeros, pero como nadie le cree, decide bajar por su propio pie. Una locura según su profesora, compañeros y la misma policía, o eso hasta que el avión efectivamente explota. La cara de incredulidad de Alex queda tan bien, porque te das cuenta de que en un punto, él mismo creyó que se había equivocado o tal vez sólo deseaba haberlo hecho, digo, ¿a quién le gustaría predecir un accidente así y saber que no pudo evitarlo y ahora serás visto como el responsable o el rarito?
Hay otros seis sobrevivientes del vuelo. La profesora que le teme tanto a Alex, para decidir mudarse y llamar a la policía cuando lo ve cerca. Uno de sus compañeros, Billy, lo toma como adivino y le pregunta si va a morir pronto o si debería invitar a cierta chica a salir. Su mejor amigo, Tod, quiere hablar con él, pero sus padres se lo prohíben porque lo toman como responsable del accidente que mató a su otro hijo. Sin él, Clear se convertirá en la única amiga y apoyo de Alex, ya que no sólo bajó del avión por creerle, sino que sigue haciéndolo. Cárter, el bravucón de la escuela, lo confronta junto a su novia Terry, quien harta de escuchar sobre la muerte, se aleja sólo para ser atropellada. Este es el momento que Alex necesitaba para comprobar su teoría de que la muerte, al parecer furiosa porque se escaparon de su plan, está atando cabos sueltos, yendo de pasajero en pasajero siguiendo un patrón específico. Pero este mismo patrón no pasa desapercibido para la policía, que ven y persiguen a Alex por considerarlo un peligro para otros y él mismo. Dije y defiendo, la lógica de cada personaje me parece creíble y hace que este mundo cobre cierto sentido, además que se aferra a sus reglas del juego. Hay un patrón y no hay forma de revertirlo, pero tal vez sí de evitarlo. Y hay un enemigo, invisible, pero enemigo: la muerte.
Para mí, la película gana puntos con estas muertes accidentales pero increíblemente convenientes, porque dejan claro que la muerte no es estúpida, sabe que otros podrían sospechar si todos un día despiertan con la garganta abierta, debe haber una explicación aunque sea de “qué mala suerte”. Y también son entretenidas. Te sorprenden o te tienen al filo del sillón esperando que el pobre pueda evitar el destino teatral que tú ves llegar. Cada muerte es diferente y sólo la última está sobre complicada para dar tiempo al héroe de llegar, pero también se entiende que la persona estuviera preparada y atenta a cualquier cosa extraña.
Ahora, donde ellos solos se disparan en el pie, es con la escena de la morgue. Se supone que van a ver el cuerpo de una víctima para comprobar si lo que dicen de su muerte es cierto, y aparece de la nada un señor que comienza a explicarles, de la misma nada, qué es lo que pasa y por qué. Nunca se presenta ni vuelve a aparecer a lo lejos, que hubiera sido una gran oportunidad para dar a entender que realmente no era un ser humano sino alguna fuerza contraria a la muerte que quería por alguna razón que este grupo viviera (me duele pensar esto, me duele mucho). Porque sí, no hay razón. Al menos no una que yo pueda respetar. ¿En serio esperan que crea que todo esto se dasató porque quitaron una etiqueta de la suerte de una maleta? Ah, pero que en Avengers End Game el universo se salvó por una rata… olvídenlo.
Creo que Destino Final es un buen intento, un buen inicio de una idea que nunca volvieron a replantearse. Si se hubieran detenido a pensarla un poco y sacado un remake, pudo dar inicio a una saga de terror realmente buena y con temas profundos, como si es posible evitar la muerte, o si al saber que estás cerca de ella prefieres detener tu vida para evitarla, o si realmente el destino existe. Pero no, dejaron el inicio de la calle sin terminar y siguieron a partir de ahí. (Scarlet Oliva)
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