Nora inu - Akira Kurosawa (1949)

El perro rabioso es un películón. A diferencia de El idiota (1951) que es un drama pesado, esta cinta corre ligerita y amena. Comienza con el novato detective Murakami en un campo de tiro, dice que pasó la noche en vela y que por eso no acertó a la diana, tiene los ojos irritados y bromea con sus compañeros. Sale de allí, sube al autobús y le roban la Colt. Este agente, con ayuda de otros, pasa toda la película intentando recuperar la pistola. Recorre toda la ciudad, visita bares, estaciones y parques. Japón es un horno, todo el mundo suda y la lluvia todavía no llega. La cinta muestra la vida cotidiana, es una especie de Ladrón de bicicletas (1948) pero mucho más divertida. Me encantó la escena que muestra a los peluqueros con paisaje, aunque en la CDMX alguna vez hubo, ya no es fácil toparse con ellos. Además muestra a los vendedores y los asistentes en un juego de béisbol y buena parte del juego. (Los subtítulos del DVD tienen un detalle curioso, no respetan las nueve entradas del partido, no sé si es un error o si los juegos solían tener más entradas). El recorrido sirve para que el policía reciba el adiestramiento necesario para cumplir con su trabajo. Descubre dónde están los negocios sucios y cómo hacer investigación. Mientras sigue las pistas, su culpa por haber descuidado el arma crece, se siente responsable por las muertes que se vinculan a su pistola. Siete balas pueden hacer mucho daño.
El director trabajó en varias ocasiones con Toshirô Mifune que hace el personaje protagonista, Murakami, pero Takashi Shimura se roba la película con su interpretación del Jefe Sato.  Es él la parte cálida, la paciencia y la sabiduría que recorre el filme. Es un hombre tranquilo que sabe más por viejo que por diablo y que entiende los monstruos de la naturaleza humana. 
La cinta reflexiona sobre la bondad de los hombres. ¿De dónde salen las manzanas podridas? ¿Cuál es el deber de la policía? ¿Murakami es responsable por los crímenes cometidos con la pistola que le robaron? ¿Una mujer que recibe un vestido comprado con dinero robado debe sentir vergüenza? La escena de la carterista recostada mirando las estrellas parece insinuar que hay un destino trazado. El jefe Sato tiene la certeza de que hay quienes nacen torcidos. Murakami sabe que muchos se tuercen en el camino. Al parecer un policía no debe cuestionarse ciertas cosas. Debe confiar en la ley, en la división entre buenos y malos.
Creo que los japoneses son excepcionales. Tienen un país bello, unos modales sobrios y una ética especial. Con seguridad, como en cualquier parte del mundo, tendrán cosas raras, corruptas o desagradables. Pero la ética impregna su vida diaria y eso los hace diferentes al resto del mundo. 
Esta película muestra el nivel de compromiso que tienen con su sociedad. Lo expone en la manera en que los ciudadanos, incluidos los criminales, tratan a los policías. Hay respeto y confianza. La gente sabe que están haciendo su trabajo y los policías no lo hacen sin pensar. La captura en el estadio de béisbol es reflejo de su respeto por los ciudadanos. 
Una película con el mismo guión ambientado en hoy en la Ciudad de México, sería absolutamente inverosímil. Sin embargo, El perro rabioso es absolutamente maravillosa. Incluso si apagas el cerebro y la ves como un relato policiaco del montón es divertida, logra tensión hasta el último minuto. 
Cuando uno descubre cine bien hecho y con tanto oficio, quisiera que cada película tuviera esta calidad. El cine es un negocio, pero también es una ventana a la diversidad. Los Estados Unidos y la antigua URSS lo tenían bien claro y utilizaron el cine para educar y como propaganda de su estado de bienestar. Echeverría en México también lo intentó. El cine mexicano de hoy da una de cal por trescientas de arena. Ojalá pronto se recupere el rumbo. Mientras tanto, esta cinta es un referente de cine de autor con calidad comercial. (Ab.)
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