Coup - Sven O. Hill (2019)

Coup, el golpe, es un filme alemán que cuenta una historia real de un modo muy peculiar. Un joven de 22 años tomará del banco en que trabaja unos documentos que canjeará por dinero y lo sacará el efectivo del país con ayuda de un par de amigos. La gracia del filme radica en contar las cosas con tal frialdad y desapego que la aventura parece una bobada poco peligrosa. No hay armas ni violencia, hay astucia. El asunto es raro, como ir caminando por la calle y que te ofrezcan hacerte rico si armas un plan de huida. Cuando veo estas cintas siempre pienso que el mundo era diferente cuando era niño, confiábamos más. Los bancos sabían que había ladrones pero ni ellos tomaban precauciones excesivas. ¿Qué nos pasó como especie? Esta historia tiene tan alto grado de ingenuidad que hoy parece imposible. El ladrón devuelve lo robado, es rata pero es humano. No todos somos bestias despiadadas, la mayoría deseamos disfrutar la vida y no queremos vivir cuidando nuestra espalda. Nos han convencido de que lo único importante es el dinero y hemos dado el poder a aquellos que nos ponen nerviosos. Respiramos angustiados por la desconfianza y la precaución. Esta transformación es dolorosa. Estamos perdiendo la batalla. 

Coup es la historia de una fantasía hecha realidad, pero el soñador cambia de opinión. El dinero no lo es todo, el protagonista vuelve porque extraña a su esposa e hijo. El dinero no compra amor, lo dijeron los Beatles. La ocasión hace al ladrón. El protagonista hizo lo que hizo porque era demasiado fácil. 

Aunque el héroe regresa a casa, no vivió por siempre feliz con su pareja. Al final dice que, si tuviera de nuevo la misma oportunidad, no volvería. Eso es mentira. Pero es la mentira que ha crecido de los sueños rotos. Tuvo la oportunidad de no volver, de comprarse un rancho en Australia y vivir allá el resto de sus días, pero hubo algo más fuerte y más real que el dinero.

El filme es seco, sobrio, por momentos molesto y, sin embargo, está salpicado de humor. Mezcla ratos de animación y la voz en off da la apariencia de un documental. Este filme se siente inexperto pero intuitivo, deshilvanado pero con sabor. Parece que se dirige al cerebro pero termina hurgando en las emociones. (Ab.)

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