Barbie as the Princess and the Pauper - Wiliam Lau (2004)

“El deber llama y también, eso puede doler.”
–Annelise y Erika.

Barbie as the Princess and the Pauper
 es una película-musical animada que cuenta la historia de la princesa Annelise y la plebeya Erika (Kelly Sheridan), dos jóvenes idénticas que el destino junta cuando Annelise debe casarse para salvar a su reino, mientras Erika se esfuerza por pagar las deudas que sus padres recolectaron para alimentarla. Al mismo tiempo, Preminger (Martin Short) el asesor real, está planeando convertirse en rey a la fuerza después de robar todo el oro del reino. 

Esta película marcó un antes y un después dentro del universo de Barbie. Desde el principio te deja claro que no será como sus antecesoras cuando no aparece Barbie para contarle una historia a Kelly, sino que como narrador, explica ciertas cosas que hubiera sido difícil o muy tardado mostrar con puras imágenes, además que no hay magia, hadas, ni criaturas extrañas (claro, sin contar al gato que ladra), por primera vez estamos en nuestro mundo, con sus reglas de física y sociales. Pero el mayor cambio y al que Barbie se aferraría desde entonces son las canciones. Antes de Barbie as the Princess and the Pauper, Barbie era bailarina, pero después se volvió bailarina y cantante. 

No es secreto que para que un musical funcione, las canciones no sólo deben ser bonitas, sino ir acorde a la historia y ayudarla a avanzar. Barbie cumple estos dos puntos casi perfectamente. 

“Libre seré” enfatiza las dificultades y sueños de cada una. “¿Cómo decir no?” es el himno del villano, nos muestra lo arrogante que es Preminger y todo su plan en menos de tres minutos. “Soy como tú” evidencia que ambas tienen una responsabilidad que cumplir e irónicamente está ligada a sus padres. “Una princesa” te enumera lo bueno y malo de tener ese puesto, que aunque Annelise parezca tener una vida de ensueño, no puede mostrar lo que siente, literalmente lo dice la canción. “El dulce maullido de un gato” da el mensaje de ser tú mismo que queda bien en ese punto del filme, además que motiva al rey Dominic (Mark Hildreth) para conocer a Erika. Finalmente “Escrito en el corazón” es la oveja negra, cae en lo lindo pero inutil y vacío, aunque se le perdona por ser la última. Yo creo firmemente que igual que cantaba esas canciones a los ocho años y las canto ahora, a mis ochenta lo seguiré haciendo. 
Pero una película no puede funcionar sólo a base de sus canciones, también necesita buenos personajes. 
Nuestras heroínas no decepcionan. Annelise y Erika tienen sueños, aspiraciones y talentos, no son tontas ni ingenuas, bueno, Annelise un poco, pero su ingenuidad está justificada. Ella es la princesa. ¿Qué peligro podría correr en su propio palacio donde cada persona dentro del mismo le ha jurado lealtad y obediencia? Obviamente no teme ir sola a buscar a su gata y después no duda de Preminger porque por años se mostró servicial y confiable. Su más grande conflicto es que debe casarse para salvar a su reino, que aunque puede sonar un poco tonto, no todo se trata de salvar al mundo, además hay algo trágico en la idea porque ella ya está enamorada de alguien más, y sorprendentemente ese romance no necesita gran desarrollo en pantalla, se entiende que inicia antes y nosotros sólo vemos su clímax. Es difícil que eso funcione, pero aquí lo hace. 

Por su parte, Erika es una mujer que decide negar una propuesta que le hubiera dado el poder de conseguir fácilmente todo lo que quisiera, con tal de seguir su sueño por sí misma. Ella es mi favorita de las dos sin duda. Valiente e inteligente en los momentos difíciles, y mientras lucha por hacer lo correcto, al mismo tiempo le asusta la idea de las posibles consecuencias. Y su mascota, Wolfie, es taaan lindo.

Para terminar con los personajes interesantes, tenemos a Preminger. Inteligente, calculador, egocéntrico y muy divertido. No canta victoria antes de tiempo ni se apresura en sus conclusiones, sabe cuando es momento de irse y cuando de dar un paso al frente. Preminger hubiera ganado de no ser por Wolfie, y ese me parece un Deus ex machina que opaca el buen camino que la película llevaba; pero Barbie sabe recompensar. Al final sorprende con bloopers que te hacen olvidar el tropiezo.

Barbie as the Princess and the Pauper fue revolucionaria, tiene buena animación, una historia decente y excelentes canciones. Simplemente la mejor película de Barbie. (Scarlet Oliva)

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