Magnolia - Paul Thomas Anderson (1999)
La primera vez que ví Magnolia me pareció una maravilla. Dieciocho años después confirmó que es excelente. Las anécdotas con las que abre el filme no sólo brindan contexto, te atrapan. Después quizá llame tu atención la música dulce y triste. Poco a poco, descubrirás el elenco de famosos: Julianne Moore, Tom Cruise, John C. Reilly, Alfred Molina, William H. Macy, Patton Oswald, Melora Walters, Philip Baker Hall, Philip Seymour Hoffman, Luis Guzmán y Felicity Huffman. Quizá algunos nombres no te suenen, pero cuando veas sus rostros en pantalla los reconocerás. Estás viendo cuatro o más historias, depende cómo las cuentes, aparentemente independientes y comienzas a descubrir la relaciones entre ellas.
Tom Cruise hace el papel menos heroico de su carrera. Su personaje adolorido nos grita "Respect the cock", su historia personal es investigada por una reportera ardilla que pone el dedo en la llaga. Julianne Moore se arrepiente de su matrimonio por interés. William H. Macy es el niño genio, el mono de circo que no entiende de qué trata la vida. John C. Reilly es el policía bonachón. Cada trama se prepara para estallar. Nadie está a salvo, el dolor es la pieza que complica todo.
La vida no es un concurso, no es un programa de televisión, la traición es la moneda de cambio y como repite la película el pasado no ha acabado con nosotros. El corazón de esta cinta es el perdón, pero eso sólo lo descubriremos hasta el final.
Perdonar es un acto necesario para liberarnos. No para liberar a otros, para liberarnos de las ofensas recibidas, del auto castigo impuesto. Necesitamos hacer las paces con nosotros mismos. Lloverán perros y gatos y quizá entonces, ojalá no sea demasiado tarde, nos perdonaremos. Si la encuentran, véanla. Muy terapéutica. (Ab.)
Comentarios
Publicar un comentario