Kumonosu-jô - Akira Kurosawa (1957)

Trono de Sangre es una magnífica adaptación con ligeras variaciones de la obra de Shakespeare: Macbeth. Acá no hay tres brujas, es un espíritu maligno quién presenta las profecías. Tampoco aparece la profecía de que ningún hombre nacido de mujer podrá vencer al rey. Se ambienta en Japón y por lo tanto los nombres de los personajes fueron cambiados. El resto es bastante fiel a la original y aunque el final fue modificado maravillosamente, en esencia es el mismo. El director se empeña en mostrarnos que su personaje principal está perdido. Cabalga sin rumbo entre la niebla para mostrarnos su confusión. El destino le ha jugado una mala broma y nunca recuperará el rumbo. El resto del camino es diseñado por otros. Después de la profecía Macbeth / Washizu es un barco conducido por otros.

Hay algo en esta obra que siempre me ha molestado. Quizá carezco de ambición, quizá soy excesivamente precavido o quizá mi pensamiento mágico es absoluto. Yo jamás hubiera escuchado el consejo de mi esposa, no habría matado a nadie por ser rey. Si la primera profecía se cumplió sin mi intervención, lo lógico es esperar que la segunda se cumpla de la misma manera. Si el espíritu puede ver el futuro, el futuro será aunque yo me oponga a él. 

Además, si mi pareja abiertamente me empuja a cometer un crimen, sin importar que su razonamiento sea lógico, la enviaría a pasar un mes con su mamá. Nadie tiene derecho a envenenar mi corazón. Si he de morir será a causa de mi propia consciencia y no empujado por la ambición de alguien más. Claro está, si Washizu pensara como yo, la historia carecería de sentido y la tragedia no se cumpliría. 

Esta película es densa, pero a cambio nos permite observar la vida Samurai, su comida, sus trajes, los interiores de su fortalezas. Lo sobrio de sus comodidades contrasta con la ambición. Si ser rey es sólo eso, no parece que valga la pena ser rey. La única tentación manifiesta es el poder y conseguirlo tiene un precio muy alto.

Vale la pena. La obra de Kurosawa es fácil de conseguir en DVD. Conocer la trama de antemano, hace que esta adaptación resulte más interesante.  Incluso pueden ver una versión reciente de Macbeth (2015) en Netflix y así podrán comparar. (Ab.)