Le notti di Cabiria - Federico Fellini (1957)

Noches de Cabiria es un filme peculiar. Una prostituta ingenua y soñadora busca el amor. Nunca la muestran trabajando, no se persignen. Desea encontrar un hombre que la quiera, olvidarse de la prostitución y formar una familia. Este es el hueso de la película pero no se muestra de inmediato. El filme mezcla anécdotas feas con ratos divertidos y además le dedica varios minutos al fanatismo religioso de la zona. La historia es simplona pero  es contada con mucho oficio. Mientras la veía estaba perdido, no sabía hacía dónde iba. No entendía cómo esas piezas podrían formar un todo. Parecen escenas sueltas, cómo si al azar hubieran seleccionado momentos de la vida de una prostituta cualquiera. No es así, cada fragmento, por inconexo que parezca, tiene una función específica. La historia puede gustarte o no, lo importante es el modo en que es contada. 

Por lo que he dicho pareciera que la intención de Fellini hubiera sido mostrarnos una adivinanza, no se dejen engañar, no hay adivinanza. La película tiene un final que podría calificarse como predecible, lo cierto es sólo puedes deducirlo cuando Fellini te lo permite ya transcurrida casi toda la película.

La actuación de Giuletta Masina es increíble, tiene un rostro súper expresivo. No es una mujer guapa pero es una fea simpática perfecta en este personaje. Debe ser hermana separada al nacer de Charles Chaplin. Si te gustaban las películas de Pedro Infante seguro este filme te gustará. A mí me gustó. En realidad no entiendo bien por qué los relaciono, hay algo en ellos que los emparienta.

Italia luce terriblemente feo y triste. Cómo si no se hubiera recuperado de la Guerra todavía. Hay cierto paralelismo entre Cabiria e Italia, como si ambas fueran víctimas de los vividores una y otra vez sin perder el gusto por la vida y sin aprender la lección. Cualquier semejanza con la patria mexica es pura coincidencia. Me pregunto si de la última escena surgió la costumbre chola de tatuarse una lagrimita. Vale la pena. (Ab.)