Hotel Artemis - Drew Pearce (2018)
Hotel de criminales es una entretenido churrito de acción lleno de huecos que apostó todo a la actuación de Jodie Foster. Cuando digo entretenido no quiero decir divertido. Entretiene por error, entretiene por el morbo de ver qué otra cosa está mal hecha. No es novedad que un montón de películas se sostengan en la personalidad de uno de sus actores, basta ver cualquier película de Dwayne Johnson "The Rock". Para que esa receta funcione es necesario que la estrella luzca impresionante, tenga sentido del humor, realice actividades extraordinarias y nos haga sentir que el mundo tiene remedio. En este caso, la receta no se cumplió y por lo tanto falla.
Para empezar, la película divaga. Al inicio nos muestra la ciudad de Los Ángeles en caos y a punto de la guerra civil por el control de agua. Eso no sirve para nada, no cumple ninguna función y son minutos desperdiciados. Después nos presenta un asalto frustrado cuya función es brindarnos un herido que nos lleve a conocer el funcionamiento cotidiano del Hotel Artemis. Alguien dirá que además se roban una pluma importante que después aparece; cierto, pero esa pluma es tan intrascendente que nadie la está buscado. Por fin, llegamos al hotel del título. Otro sinsentido, el hotel no es un hotel, es un hospital de lujo en el que sólo se atiende a quienes han adquirido la membresía. Allí Jodie Foster ejerce como médico y Dave Bautista es una mezcla de enfermero, guarura y saca borrachos.
Jodie parece un anciano decrépito, se ve frágil y temerosa. La película está tan mal planeada que después de la mitad no tiene más remedio que explicarnos en voz de un personaje la historia de la Foster. Es una profesional que perdió su licencia para ejercer medicina debido al alcoholismo que a su vez fue provocado por la muerte de su hijo. En contraste, Dave Bautista es enorme, fuerte y tontamente heroico. Esta pareja dispareja no va a ninguna parte, su relación no parece ser simplemente profesional, pero tampoco es entrañable. Es más no sabemos nada de su relación.
Resulta que el hotel mítico por brindar atención médica de calidad y refugio a sus clientes se desmorona el primer día en que enfrenta una crisis. Sus muros no están reforzados, su escaso personal no está preparado para repeler la agresión, la seguridad del lugar se quiebra y de un momento a otro se convierte en el lugar perfecto para asesinar a un jefe de la mafia. Da la impresión de que el legendario Hotel Artemis goza de una fama inmerecida y que sólo sirve para atender rateritos de autobús.
Aunque quería divertirme, poner la mente en blanco y dejarme ir, no pude. Todos los elementos están puestos torpemente, la lógica es inexistente y la luz muy escasa. No se quién les enseña que el cine debe ser oscuro. Yo voy al cine a ver actores y acciones, me molesta no verlos. La oscuridad es tan constante que no nos permite disfrutar de la presencia de la chica sexy, Sofía Boutella.
Ya por último, todos tienen nombres clave que no respetan y hay un romance idiota totalmente innecesario. La película es tan mala que no hay razón para que Dave y Sofía peleen hasta la muerte, pero pelean. Cualquier capítulo de los Simpson es más divertido que esta mugre. (Ab.)
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