Dial M for Murder - Alfred Hitchcock (1954)
Con M de Muerte, Crimen Perfecto y La llamada fatal son algunos de los títulos que recibió en español esta película. Es un filme incómodo en el que nadie es inocente. Con cinco personajes y varios extras, Hitchcock adaptó está obra de teatro ingenua y claustrofóbica escrita por Frederick Knott. En un pequeño departamento en Londres, una rubia (Grace Kelly, la misma que sería princesa de Mónaco) y su amante (un escritor de novelas policiacas) discuten la conveniencia de decir la verdad a un cornudo que ha estado ausente. Imagina cuán grato debe ser regresar a casa para encontrar a tu esposa platicando con su novio en la sala. Tras la llegada del venado, la infiel y el amante invitan al recién llegado al teatro. El hombre no está de ánimo, tiene cosas que hacer en casa y les pide amablemente que vayan sin él, si concluye sus tareas los alcanzará más tarde. La tercera rueda de la bicicleta se queda en casa para concretar una cita con un estafador de quinta que conoció en la escuela y que le hará el favor de despachar a su mujer. Paso a paso nos explican el plan. ¿Qué podría salir mal?
Con los primeros diez minutos ya estarás tan enganchado como sorprendido. La mujer es rica, me refiero a que tiene dinero, y él esposo es un tenista retirado, sin dinero y con gustos caros que no puede mantener. Es curioso como este filme hace un paralelismo con Guy Haines y Anne Morton de Strangers on a train (1951). De algún modo es la continuación de aquella película, el "no vivieron felices por siempre".
Aunque todo está perfectamente planeado, el amante nos advierte que no existe el crimen perfecto, la realidad siempre desajusta los planes. ¿Logrará el hombre deshacerse de su esposa infiel y quedarse con el dinero?
Al inicio comenté que son cinco personajes y sólo he hablado de cuatro. El quinto es el Inspector Hubbard, un viejo policía encargado de procesar el asesinato que ocurre en el departamento. Se trata de un tipo mañoso que no siente ningún respeto por el debido proceso y que con métodos ilegales complica el asunto.
Como en otros filmes de Hitchcock el falso culpable sufre y, al final, el bien triunfa. El truco en este caso es que el bien no aparece por ningún lado. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia. Si tienen alguna brújula moral, utilícenla para descubrir cuando pueden ver esta película en la Cineteca Nacional.
Un detalle curioso, si la consiguen en DVD, verán aparecer un gran letrero que dice intermedio. No te pares a la cocina por comida, aparece sólo cinco segundos. Vale la pena.(Ab.)
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