The Burial - Maggie Betts (2023)


ENTERRANDO UNA AMBICIÓN es un pésimo título para este buen filme disponible en Amazon. Una bronca entre funerarias, imagina a Gayosso peleando con García López, suena poco interesante pero tiene mucho fondo de manipulación social. Por principio de cuentas, hay mucha gente que presume con orgullo que ya pagó su terrenito. Es decir, que ya compraron su paquete funerario. Mis respetos para el ambicioso y creativo animal que tuvo la genial idea de vender por adelantado cosas que quizá nunca obtengas. Su idea, compraventa de esperanza, tiene más lógica que la Lotería porque sabes que tarde o temprano vas a morir. Pero imagina que compras un paquete con el féretro modelo Kansas y diez años después, cuando mueres, ese modelo ya no se produce. Por tanto, exigen a tus parientes que pague un extra por la diferencia con el modelo Dakota. Te moriste pensando que habías dejado todo resuelto y sólo dejaste enganchada a tu familia. Eso en el mejor de los casos; en el peor, la empresa desapareció por malos manejos. No sólo tuvieron tu dinero en sus bolsillos por diez años a cambio de nada, no recibiste ni su bendición. Tu familia haría bien en dejar que te tiren a la fosa común por idiota.

El caso es que la empresa funeraria toma tu dinero hoy y hace negocios cuya licitud es cuestionable. Gracias a que viola la ley, se ve en necesidad de vender tres sucursales para no quebrar y su competidor le aplica una buena treta: dice que las comprará para sacarte del apuro pero no te dice cuando.


La película está bien hecha porque te vende justicia al desenmascarar el modelo de negocios fraudulento, mientras exhibe el tejido fino y chueco de la impartición de justicia en Gringolandia. Lejos de discutir sobre si el contrato se había perfeccionado y  debía cumplirse; el asunto se transforma en un asunto penal que poco tiene que ver con la demanda. Se juzgan las intenciones, no los hechos. Pero el sistema gringo es diferente del mexicano. 

A esa locura quieren llevar todo. No voy a juzgar si tu obra es buena, voy a juzgar si tu vida personal es decorosa. Ya Tár (2022) combatía la cultura de la cancelación, pero fue demasiado directa. THE BURIAL suelta su mensaje entre líneas. Por encima parece que ganó la justicia, en el fondo denuncia de la ridiculez de premiar al mas popular sin que los afectados se vean reparados.

El lavado de cerebro es increíble y veo con tristeza que los abogados cooperan con él. Es evidente que el juicio juzga asuntos que no son materia de la litis (pleito judicial), lo dicen varias veces los personajes. La cinta exhibe que en un juicio contractual se juzgó a un tipo por racismo y fraude. El culpable no fue a la cárcel, porque el juicio fue civil. 

Ese sistema judicial está podrido hasta la médula. Puedes pensar que se administró justicia, pero si pones atención es claro que se juzgó la popularidad y no los hechos. O peor, el sistema permitió que una empresa cobrará el daño causado a una comunidad sin que esa gente le firmara un poder. Cada vez es más evidente que la posverdad (distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales) se mueve entre nosotros envuelta en un celofán engaña bobos. 

Por cierto, la cinta sugiere que los abogados no son completamente honestos con sus clientes. Mike Allred parece muy interesado en cobrar su comisión por la venta de las sucursales y Mame Downes parece permitir que se representado se hunda por racista. EL único abogado leal es el novato Hal Dockins y de su buen trabajo no se dice nada al final. Es el único con ética. (Ab.) 

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