Fair Play - Chloe Domont (2023)
JUEGO LIMPIO en Netflix es una cinta inteligente que te obliga a pensar y salir de la hueva mental. ¿Qué crees que harías si estuvieras en esa situación? Te aviso, aunque te creas que eres mejor que ellos eres igual. La película analiza la relación de pareja, recién comprometida, de Emily y Lucas. Ambos trabajan como analistas en la misma firma que mueve fondos de inversión en la bolsa. Ella escucha el rumor de que él será ascendido, pero el cargo de gerente de portafolio lo obtiene ella y él queda bajo sus órdenes. Aunque en teoría ambos deberían estar felices porque el aumento en el ingreso les permitiría acelerar su planes de boda, la relación comienza a descomponerse. La maestría y la belleza de esta cinta están en su realismo. A pesar del amor, el sexo, la felicidad y las buenas intenciones, la pareja comienza a competir y sabotearse. Las situaciones y las conversaciones están muy bien construidas, el éxito exige un precio y los protagonistas no abandonan el juego.
La guerra de los sexos ya no pasa por los hijos y las labores domésticas, ni siquiera se preocupa por quién paga las cuentas. La lucha es por demostrar quién es mejor haciendo dinero. Lo curioso y lo cruel es que el éxito no es para quién más lo necesita.
Una vez cruzado cierto punto, todo se vale. Se conocen muy bien y terminan por hacerse daño. Las verdades emergen y las máscaras caen, los monstruos que somos en lo profundo abandonan la timidez y comienzan a mostrarse. Los roles tradicionales de hombre y mujer pesan como un mal recuerdo que ambos son incapaces de superar.
Ese ambiente de oficina de menores de 35 ganando mucho dinero está muy bien retratado. Salir de fiesta casi a diario, beber por cualquier pretexto, celos, culpas, coqueteos, indirectas, desconfianza, traición. Los jóvenes quieren ganarse su lugar y quedar bien con el jefe. Las vanidades toman control.
La película resuena porque los personajes deberían ser ejemplares. Son lo mejor de lo mejor, tienen una posición económica envidiable y una educación de primera, son la crema y nata, tienen todo para ser felices. Sin embargo, el animal interior está al mando en cuanto aparece el primer contratiempo. Las herramientas del castigo están a mano, ellos las conocen todas y la usan eficazmente. Ambos son culpables y eso hace la diferencia. Una maravilla. (Ab.)
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