Argentina, 1985 - Santiago Mitre (2022)


Argentina, 1985
está en Amazon y es una joya que se pasa como el agua. Trata sobre el Juicio de las Juntas por orden del Presidente Raúl Alfonsín. Dura dos horas veinte pero su tono es tan amable que hubiera aguantado otra hora sin problema. El pretexto para no ver este tipo de cintas es evitar pasar un mal rato, se asume que presentarán torturas o algún tipo de violencia explícita. Eso no sucede en este caso. La película usa las palabras y la imaginación del espectador hace el resto. En consecuencia, la pantalla se mantiene limpia y nuestros ojos alegres. No quiero decir que nunca conmueva; por el contrario, un par de veces me sacó las lágrimas, pero no hay una sola escena con sangre. La cinta se dedica a contar los juicios desde el punto de vista del fiscal y sus ayudantes. Enjuiciar  a las fuerzas armadas jamás será fácil, pero no es 
imposible.
Ricardo Darín parece encarnar sin esfuerzo las dudas, el miedo, la presión y la determinación de su personaje, el fiscal Julio Strassera. Basta escucharlo decir La historia no la hacen tipos como yo para saber lo que sucede en su mente. Pero el guión se siente balanceado, no regala todas las líneas memorables al fiscal. Brinda espacio para que otros personajes suelten verdades de esas que aturden: Los servidores públicos deben ponerle huevos a su trabajo.
Desnuda la trampa detrás de que los altos mandos nunca se enteran de nada. Muy fácil es decir Tengo las manos limpias cuando otros hicieron el trabajo sucio. Pero todo deja rastro. La violencia ejercida es SISTEMATICA, feroz y cobarde. Si bien la cinta es un deleite, no esconde las amenazas y peligros del trato hostil con las fuerzas armadas. Basta decir que la gente se niega a enjuiciarlos y ni siquiera son capaces de aceptar la idea  de los abusos que se cometieron. Tres ejemplos bastan en la cinta para convencer.
El final muestra que incluso cuando se logra la condena de algunos, hay cierta gradación en las penas que responde a la necesidad de conciliar el resultado con las fuerzas armadas. Me refiero a que las cadenas perpetuas fueron únicamente para Videla y Massera, la intención lógica es permitir que el Ejército entienda que se sanciona a las manzanas podridas pero no a la institución. 
Es increíble que gente que cometió asesinato y tortura utilice su uniforme militar, resulte tan chillona y se sienta amenazada porque una mujer porte un pañuelo blanco en la cabeza dentro del juzgado. Es decir, las madres de la plaza de mayo son un símbolo, pero su lucha ni siquiera era violenta. 

Este filme debería ser visto por todos los mexicanos. Por todos esos fanáticos que creen que la Guardia Nacional los protege y que no sienten angustia al saber que el Ejército está a cargo de tareas civiles como la construcción del Tren Maya. Lo más duro de ver de la cinta es que hay muchos cómplices, tantos que parece que todo el mundo estuvo de acuerdo con lo que sucedió. Mientras tu silencio sea complice, NADA CAMBIARÁ. 
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