Barbarella - Roger Vadim (1968)
Diego Castillo me propuso ver este filme, me prestó el Blue Ray y le agradezco muchísimo el acto de generosidad. Aunque había escuchado el título y conocía el afiche jamás había visto un fragmento. La música en la palabra Barbarella me gusta y hasta la utilizo como apodo cariñoso. En fin, por fin tuve el placer de verla y es una indiscutible joya del cine. Desde la primera escena conquista. No sólo por la belleza de Jane Fonda y su exquisito striptease, también por la música que te devuelve a los sesentas y por sus efectos especiales primitivos e ingenuos. Pero lo mejor de la cinta es que podría ser un soft porn en toda regla. La sensualidad de cada escena y lo teatral de la puesta en escena combina con la psicodelia que transpira la cinta. Aunque normalmente decorados como los de la cinta me causan tristeza (no sé por qué), aquí generan un ambiente tan completo que superé la gris sensación y gocé muchísimo con su sentido del humor.
Una cinta así, hoy es impensable. Utilizar sin recato el cuerpo de una mujer para mantener interesados a los espectadores es políticamente incorrecto. Que la principal virtud de Barbarella sea su coquetería y sensualidad es una amenaza para la nueva moral. Que además logre su misión utilizando el sexo revienta las mentes de las feministas. Por eso es extraordinaria.
Por otra parte, estoy seguro que el grupo Duran Duran sacó su nombre del villano (Durand-Durand) y su estética de los niños violentos que aparecen en esta cinta. El sexo impregna todo el filme en pequeños detalles como el nombre del jefe rebelde: Dildano.
La generación del Peace & Love está aquí retratada y hasta Marcel Marceau aparece en la cinta, quizá por eso el cine de Alejandro Jodorowsky parece haberse quedado en este viaje. ¡Abrazos, No Balazos! grita el ganso mientras se hunde el barco. Ya me dieron ganas de formar mi comuna hippie y cantar Hare Krishna en las calles de San Francisco rodeado de nudistas.
Fuera de broma esta cinta es un gran ejercicio de creatividad que escapa del cine Hollywoodense. El vestuario y los peinados son geniales, los escenarios alucinantes y simples. La misión de lograr la paz y luchar contra el mal ha sido influencia de muchísimas películas. La alocada idea del sexo sin coito ha sido recuperada en innumerables obras.
Lejos de todo esto, creo que el principal aporte es su cachondería. Es decir, crear un ambiente sexy que habla con libertad sobre sexo y lo aleja de la violencia para vincularlo con el amor y la paz. No los confunde, pero lanza el mensaje de que el sexo es indispensable para la salud, la vida y la felicidad. (Ab.)
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