The Dig - Simon Stone (2021)


LA EXCAVACIÓN está en Netflix y es un filme distinto a todo. Se basa en el descubrimiento de un barco de la Edad Media en Sutton Hoo, Suffolk, a unos 130 Km de Londres. Cuenta que la dueña de la finca, Edith Pretty, una viuda enferma, decide contratar a Basil Brown, un arqueólogo de facto que se reconoce como excavador, para investigar unos túmulos ubicados en su propiedad. La película explica que algunos de los montículos de tierra ya fueron saqueados por ladrones con un método de chimenea y que por esa razón hay tierra compactada en la parte media superior. Sin embargo, vemos a Brown poner su dedicación en uno de los túmulos y descubrir los restos de un bote que contenía un tesoro. Tesoro de verdad, como en los cuentos, objetos de oro y plata y todo tipo de cosas valiosas. Quizá te importe un pepino la historia europea o las excavaciones arqueológicas pero si eres mexicano, seguramente has visitado sitios arqueológicos mayas o cuando menos lugares como el Templo Mayor o Cuicuilco en la CDMX. Hace años, en una visita a Teotihuacán, me salí de la calzada principal y observe a los arqueólogos de rodillas en la tierra barriendo el suelo con una brocha dentro de un perímetro marcado con una cuadrícula de hilo. Me pareció interesante, pero excesivamente lento. No es una labor para mirar si no tienes una silla, un sombrero y una limonada en la mano.

Algo así muestra el filme y me pareció una vergüenza no saber más sobre cómo se realizan esas excavaciones. Tampoco imaginaba las cosas que encontraban los arqueólogos en el Reino Unido. Es decir, imaginaba descubrimientos en Italia y el territorio ocupado por el imperio Romano, nunca pensé en el norte de Europa. Quizá después de visitar el Museo Británico quedé prejuiciado con que ellos iban a robar tesoros a otros países.

La gracia de la cinta es que logra transmitir la emoción de hacer un descubrimiento. Imagina ser el descubridor de la tumba de la Reina Roja en Palenque o la de Tutankamón. Al ver la cinta recordé que hace siglos visité el Museo de los Barcos Vikingos en Oslo y me pareció un sueño. Visitar un museo, por impresionante que sea, debe ser nada comparado con encontrar un barco y un tesoro con tus propias manos.

Todo lo que refiere a la propiedad del descubrimiento se pasa por encima, sólo nos dicen que la dueña lo donó al Museo Británico. Pero la audiencia y los argumentos debieron ser interesantes. Me quedé con muchas dudas y por eso hice un programa con el arqueólogo Omar Espinosa, dejo el enlace sobre la conversación

La película mezcla la historia del inicio de la segunda guerra mundial y algunos romances que supongo funcionan como gancho para llegar a un público más amplio. Esa parte está bien pegada pero roba tiempo que se pudo haber utilizado en explorar detalles alrededor del descubrimiento cómo el papel del museo cercano que estaba explorando una villa romana, o la llegada de un arqueólogo del ministerio se hace cargo del sitio. Yo estuve pensando en por qué cubren el sitio con ramas y por qué después lo cubren con tierra y cuáles eran los efectos de la lluvia y si de verdad estos lugares emiten un aroma especial o si la referencia al olfato es una metáfora relativa a la intuición.

Soy demasiado nerd y la película me fascinó. Creo que la cinta está bien construida y, aunque contaminada por lo cursi, genera curiosidad genuina sobre qué pasó en el sitio, quién era el dueño del barco, qué tan importante fue el hallazgo, cómo afectó lo que los ingleses sabían sobre su pasado, cuánto vale un tremís merovingio, etc. Hay un artículo en Wikipedia sobre el hallazgo que te no satisfizo todas mis dudas pero vale la pena revisarlo después de ver la cinta.

Por cierto, el evidente mensaje es que los humanos somos parte de una historia continua que no muere y, aunque haya guerras, debemos aprovechar nuestro tiempo para amar a otros y tener sexo cariñoso y lindo en exteriores cuando menos una vez. (Ab.)

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