Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb - Stanley Kubrick (1964)

Dr. Insólito o Cómo aprendí a no preocuparme y amar la bomba es una divertida comedia de la que hoy podemos reír. casi sin preocupación. La cinta explora la posibilidad de que, durante la guerra fría (1945 - 1989), un general gringo, harto de los tibios políticos, decide lanzar un bombardeo sobre la URSS. La película es una gran broma que comienza en los nombres de los personajes y termina con los políticos gringos perdiendo de vista el peligro. Para empezar, Peter Sellers hace tres personajes: el presidente, el capitán Mandrake y el Doctor Insólito. Sólo aparece una mujer, la secretaria y amante del General Buck Turgidson (Hijo de turgente). ¿Alguien recuerda la frase de Kill Bill: My name is Buck and I am here too fuck? Cierra el triangulo el General Ripper (destripador). Hay otros personajes secundario como Bad Guano (mierda de murciélago), el Mayor King Kong y el embajador Alexi de Sadesky (sádico). Todo para evitar señalamientos a personas reales  y para que ningún ser humano se sienta aludido.

El escenario que presenta la película parece absolutamente realista y recoge o inspira varios mitos, por ejemplo: el flúor en el agua como arma para envenenar a los americanos. Pero hay detalles fabulosos como que el futuro de la humanidad depende de una maquina expendedora de latas de Coca-Cola; el vaquero cabalgando la bomba; y la música de la secuencia final We'll meet again cantada por Vera Lynn. ¿Alguien recuerda el álbum de Pink Floyd y la cinta The Wall (1982) y la frase en que se menciona a esa mujer?

Durante años me negué a ver esta cinta por el nombre tan largo, el blanco y negro y el tema, la imaginaba aburrida. Ni siquiera me tomé la molestia de averiguar que era una comedia. No cometas el mismo error. Sólo pude vencer el prejuicio porque la  exposición de Kubrick realizada en la Cineteca Nacional en  2017, presentaba maquetas y fotos de la sala de guerra. Ese material hizo surgir la curiosidad que comenzó a crecer muy lentamente.

No imagino el efecto que tuvo en la audiencia que la vio en las salas durante la Guerra Fría apenas uno o dos meses después del asesinato de JFK. No creo que haya sido tan divertida como es ahora. Si bien, la broma era vigente, supongo que también sembró miedo. Tampoco puedo imaginar lo que hubiera pasado si la cinta terminara con la guerra de pasteles proyectada.

Muchísimos filmes están en deuda con éste. No sólo con el tema del fin del mundo, también con la locura de enterrarse por años para evitar los efectos nocivos de la radioactividad y dar un nuevo comienzo a la humanidad. Esta cinta es una obra maestra que debería ser vista en las escuelas. 

El sexo y la guerra se entrelazan. La URSS es la madre que recibe la semilla del padre gringo. Los militares tienen por profesión la paz. Las oficinas de Buck están rodeadas de espejos y su secretaría atiende el teléfono en lencería desde la cama. El avión es un falo que debe lanzar el espermatozoide ganador. La explosión se siente como una liberación, un orgasmo gigante, que dará pie a un renacimiento en la profundidad de la tierra, un parto. Los humanos sólo pensamos en sexo. (Ab.)

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