I Care a Lot - J Blakeson (2020)


Descuida, yo te cuido
está en Netflix y es para rabiar. No voy a decir que es una película perfecta pero me enganché con facilidad y cuando estaba totalmente decepcionado me cambió la jugada. Vamos por partes. El gancho es la abogada Marla Grayson (
Rosamund Pike), una perra infeliz que encontró el modo de ordeñar los ahorros de los viejos declarándolos incompetentes para cuidar de sí mismos. Tiene una organización muy bien armada que incluye médicos corruptos, juez imbécil, casas de retiro gandallas y, como pieza clave, la investigadora y novia de Marla: Fran (Eiza González). Buena parte de la operación funciona gracias a que Marla y Fran son lesbianas y tiene una red de contactos con esa preferencia sexual y que aceita su maquinaria con efectivo. Más realista no se puede ser. Digamos que esta abogada encontró la falla en el sistema y sabe explotarla. Tan sólo la exposición de la operación vale la película, pero eso sólo es el contexto. La historia es otra cosa.

La historia comienza cuando Marla incluye entre sus víctimas a una persona que aunque indefensa, tiene quien la proteja. El choque entre mafias se desarrolla lentamente y de manera realista. Plata o plomo. Marla quiere más plata de la que le ofrecen.


Hasta aquí puedo contar sin arruinar las sorpresas. Pero hay muchas. Pensé que el filme terminaría ahogándose en el tren del mame de las mujeres invencibles, pero me equivoqué.La cinta sirve para mostrar la mentalidad de los negocios y el lavado de cerebro que sufrimos los abogados al creer ciegamente en el estado de derecho.

La cinta también mete el dedo en la herida cada tanto y nos recuerda la fragilidad de la vida. Nadie es indispensable, nadie es intocable, todos podemos desaparecer sin dejar rastro. Más cuando abogados y médicos se coluden para hacer el mal.


Defectos. Obvio Marla es una fiera capaz de pasar una eternidad bajo el agua, en frenética actividad física, sin respirar. También cae en el cliché de que el malo de la cinta nunca dispara en la frente. Vemos las conversaciones tontas y después alguien más tiene que matar, pero no lo hace del modo más certero. 

Merecen mención especial: 1) el peinado ochentero de Eiza González, copiado directamente de Flashdance (1983); 2) la escena de gimnasia de Peter Dinklage; 3) el rostro de locura activa del taxista interpretado por Nicholas Logan; y 4) el duelo de actuación entre Rosamund Pike y Dianne Wiest. 


Esta película hizo que me hirviera la sangre, después me sentí timado, frustrado y molesto y terminé envuelto en una ola de euforia que me duró por horas. Si este filme no te provoca nada, es tiempo de dejar los relajantes musculares y la mota. (Ab.)


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Comentarios

  1. Se abarató el final. Le.compré todo, el humor, los malvados ridículos, la súper maldita, el súper delincuente, etc. Le perdoné las incoherencias, porque las justificaron de algún
    modo inverosímil, Me encabroné, me reí, me frustré y me gustaron las actuaciones. Lo que no me gustó fue la satisfacción fácil, sin imaginación, que nos dieron al final.
    Estuvo a poco, de ser extraordinaria. Les dio flojera.

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