The Sword in the Stone - Wolfgang Reitherman (1963)

“Merlín no es el Diablo. Él es muy bueno. Y su magia es buena también.” 
–Grillo.

The Sword in the Stone
es la décima película animada de Disney y cuenta la historia de Arturo, o Grillo como todos lo conocen (Rickie Sorenson). Un plebeyo que accidentalmente conoce a Merlín (Karl Swenson), el mago más torpe, digo, el más poderoso de todos, quien no sólo lo estaba esperando ese día, sino que tiene la misión de educarlo para que cumpla su destino de ser rey de toda Inglaterra. 
Esta película fue estrenada treinta y cinco años antes de que yo naciera y aún así es parte de mi infancia. Recuerdo que el lobo en el bosque me daba miedo y ya después no podía parar de reír con su mala suerte. Me sabía (me sé) la canción de Madam Mim y al final siempre me emocionaba cuando Grillo sacaba la espada de la piedra. Era de mis favoritas, podía verla días seguidos y no me importaba pelearme con el VHS para hacerlo, pero lentamente otros films empezaron a aparecer con historias más interesantes, canciones más pegadizas o simplemente una “mejor” animación. Y así, The Sword in the Stone pasó a ser cada vez más un recuerdo agradable que por suerte ha envejecido bien. 

Lo primero que se nota al iniciar la película es su animación más simple, es cierto, hay rincones oscuros a propósito y escenarios que claramente se repiten, y por supuesto aquí no verás cada pelo de la barba de Merlín, pero hay algo en su simpleza que, además de adorable, es hermoso y no tiene nada que envidiar a la actualidad. El fuego, la piedra, los árboles, todo está ahí, sólo que no parece una fotografía sino un dibujo bien hecho. Y está bien, es un buen respiro a tanto 3-D. Al menos mis ojos lo agradecen.
Y mis oídos también agradecen tener tan buen doblaje. Alberto Gavira como Merlín y Luis Manuel Pelayo como el búho Arquímedes, mis respetos, los demás no tienen nada que envidiarles, todos son igual de buenos, pero admitámoslo, a ellos les tocó el mejor diálogo y por eso mismo son el corazón de la película. 

Es la historia de Grillo y Salvador Nájar hizo un gran trabajo en dar voz a ese niño que sólo trata de sobrevivir en una época donde un plebeyo no podía aspirar a mucho más. Pero la personalidad, lo que hace a The Sword in the Stone disfrutable e inmortal, es la presencia y relación entre Merlín y Arquímedes. 
Merlín es un mago que puede viajar y ver el futuro, así que es un poco difícil creer que no supiera el destino de Grillo. Desde esta perspectiva, todo lo que hace, cada lección que le da al protagonista tiene otro peso, igual que su altercado hacia el final. No daré ningún spoiler, pero ese momento entre los dos parece provocado por una rabieta, y aunque Merlín ya había probado ser nada paciente, ahí se muestra muy impulsivo, lo suficiente para dejar a su fiel búho a su suerte. En mi opinión, Merlín sabía que Arquímedes debía estar con Grillo en ese crucial momento y no se le ocurrió otra forma que obligarlo. 

Porque Arquímedes podrá ser tan sabio como quiera, pero no es alguien que ayude fácilmente a otros, tanto así que debe inventar excusas cuando pelea contra un pez gigante para salvar a Grillo, y Merlín lo sabe, así que para que Arquímedes se quede con el muchacho y lo acompañe, él, su apoyo y único “amigo”, se va. 
Digo “amigo” porque eso parecen la mayor parte del film, pero la realidad es que son amo y mascota. A donde va Merlín va Arquímedes, si Merlín quiere convertirse en pez, Arquímedes estará cerca para recordarle el hechizo y nunca va a contradecirlo. Puede insultarlo y cuestionar sus métodos de enseñanza, pero al fin y al cabo Arquímedes seguirá el plan de enseñar a Grillo. Aunque él lo hace de la forma natural, es decir de atrás hacia delante. 
Ya que recordemos que Merlín y Arquímedes saben cosas del futuro. Para ellos es fácil hablar de helicópteros, aviones y la tierra redonda, conceptos desconocidos para todos los demás y es gracioso ver la reacción de Grillo a esas palabras. Aunque en su defensa todavía hay personas que no asimilan que la tierra no tiene bordes.

Creo que el punto débil de la película está en el trasfondo. No saber las motivaciones de Merlín para ayudar a Grillo, de Grillo para confiar tan plenamente en Merlín, de por qué Arquímedes sigue con Merlín, etc, son detalles que llegan a molestarme un poco, pero es fácil no prestarles atención mientras la película avanza porque en cada momento está pasando algo. Que si un duelo mágico, una aventura con peces o un momento de reflexión sobre el amor. Puede parecer algo caótico y que se trata de un montón de clips unidos, pero al final todas las secuencias sirven para dar lecciones de vida importantes a Grillo que lo ayuden a ser mejor persona y al mismo tiempo mejor rey. Y éste afán de enseñar es algo bueno, las películas infantiles deberían tener la misión de dejar una lección a su público, y aunque la forma de decirlo de frente parezca la más obvia también es la más efectiva. Porque si el mismo Merlín dice en tu cara y acompañado de una pequeña aventura, que el saber es más importante que el músculo o que una vez en el fondo sólo nos queda subir, es difícil olvidarlo (hasta ahora yo no lo he hecho).

The Sword in the Stone (La espada en la piedra) es simplemente un clásico que nunca debe morir y que tú no te puedes perder. ¡Salve Arturo! ¡Viva el Rey! (Scarlet Oliva)

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