Als Hitler das rosa Kaninchen stahl - Caroline Link (2019)
Cuando Hitler robó el conejo rosa es un filme estupendo cuyo mensaje parece dirigido a adolescentes pero pega más cuando eres adulto. Este filme es bueno de cabo a rabo así que si te lo encuentras vale la pena verlo. La trama de los judíos perseguidos por los nazis ha sido hecha una y otra vez, pero esta historia es diferente: primero, porque la familia nunca es capturada, de modo que no cae en las mismas escenas de siempre; y segundo, porque los problemas que enfrentan son problemas con los que cualquiera puede identificarse ya que no son exclusivos de la guerra. Además, en la mayoría de las cintas se trata a los niños como idiotas que sólo entienden sobre pastel y juguetes, pero ese pecado no se comete aquí. La película, inspirada en el libro autobiográfico, muestra que a los niños se les puede decir la verdad o casi toda la verdad y que ellos sacarán conclusiones y se adaptarán según lo exijan las circunstancias.
La historia sigue a la niña Anna, su hermano Max, su madre Dorothea y su padre Arthur. Son judíos, viven en Berlín y Hitler está por ser electo canciller de Alemania (1933), el padre conoce los planes de Hitler y necesita huir del país. Su familia tendrá que huir después. Se dice que Arthur está en Praga pero lo encontrarán en Suiza, de allí tendrán de huir a París y finalmente a Londres.
La cinta muestra a la niña aceptando los cambios, aunque la ruptura con su pasado en Berlín es tan fuerte que se enferma y pasa unos días inconsciente con fiebre. La familia deja atrás su enorme y bella casa para refugiarse en un mini departamento en París que cobra renta semanal y en el que no les alcanza para comprar focos.
Los niños entienden que ahora son pobres y que deben aprender otro idioma y lidiar con otras costumbres, pero no pierden las ganas de seguir adelante ni piensan que van a fracasar. Naturalmente se adaptan a las nuevas condiciones y salen adelante. Aunque no les hace gracia tener que pasar por el mismo proceso más de una vez, nunca se niegan a hacerlo.
La niña Anna es simplemente encantadora en su dulce rudeza inteligente. Ella, en palabras de su padre, tiene buena cabeza y la hace valer. Por otra parte, el equilibrio de poder y amor de los padres también es puesto a prueba. Quizá los hombres somos más tercos y las mujeres más flexibles, pero en ocasiones es mejor ser flexible que ser fuerte.
Aunque me fastidian las películas sobre nazis y judíos, incluso la alocada fantasía que filmó Tarantino, esta cinta me parece entrañable. Si el mundo se vuelve loco, no hay razón para convertirse en víctima, lo lógico es abrir los ojos y buscar nuevos horizontes menos idiotizados. Eso no significa que no deba darse pelea, pero como dicen los alcohólicos: dame sabiduría para distinguir las cosas que puedo cambiar de las que no. (Ab.)
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