Road House - Doug Liman (2024)

 

EL DURO, en Prime Video, es una fantasía para gays de gimnasio y mujeres que se excitan al ver hombres pelear. La cinta pudo ser mucho más, pero elegir a Conor McGregor como el malo Knox fue una tontería. Todo el trabajo de Jake Gyllenhaal es atropellado por este ex peleador de la UFC que quiere robarse la película y en su intento la arruina. Aclaro que yo disfruto de la UFC, me gusta y disfruto de esa violencia controlada, incluso me gusta más tratándose de luchadoras. Pero McGregor no es un actor y se nota. Quizá se divirtió mucho haciendo este personaje pero su diversión me provocó un aburrimiento instantáneo. Una tristeza molesta. De por sí la historia es simple y se burla de sí misma mencionando que podría ser una historia de vaqueros o una variación de Yojimbo (1961). Es decir, un peleador sin rumbo llega al pueblo para hacer justicia y defender a los inocentes. Pero Conor es una patada en los huevos de la que nadie se recupera. Mientras Jake, alias Dalton, conversa en la librería con la niña Charlie y su padre, todo es diversión. Mientras Dalton se instala y enseña algunos trucos a otros saca borrachos, la diversión sigue. Cuando Dalton interactúa con Moe, Arturo Castro se roba la película. Pero cuando aparece McGregor el buen rato se transforma en profunda y agria decepción. 

Conor lo hace tan mal que ni Jake, ni la guapa Daniela Melchior ni Jessica Williams ni B.K. Cannon ni Joaquim de Almeida ni Billy Magnussen ni el genial Arturo Castro pueden compensar por la irrupción de la estupidez. Las dos horas del duro se sienten eternas y ni la muerte de Knox logra expulsar el mal sabor de boca. Lo único que me hubiera devuelto la sonrisa es que Dalton me dejara la mitad del dinero. (Ab.)

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