Smile - Parker Finn (2022)

SONRÍE en Paramount es un buen filme que no logró convencerme de pagar por un boleto en el cine. Fue un problema de mercadotecnia, no de creatividad ni de calidad. Una cinta de terror es lo opuesto a una sonrisa. En este caso, el escritor del guión, pensó que esa mueca generalmente asociada con la felicidad sería el gancho para llevarnos al miedo. Pero la sonrisa intimidante no es un gesto que quepa bien en cualquier rostro. Menos aun cuando es tan exagerada. Es decir, el estilo de sonrisa elegido es tan artificial que resulta un tanto bobo. Quizá una sonrisa apenas dibujada en el enfadado rostro de Mike Tyson o Jack Nicholson logre ser intimidar. Pero esta sonrisa de dientes pelados, que queda muy bien en el rostro de Robin Weigert, es francamente ridícula en la cara de Caitlin Stasey que aparece en el póster. Además, el gesto resulta irrelevante porque, en la cinta, nadie muere a mordidas. La sonrisa pudo sustituirse por un saludo peculiar o cualquier otro movimiento de falsa felicidad. Incluso un beso o un abrazo hubieran sido más simbólicos. Pero, quizá el director sólo se mantuvo fiel a lo que le había funcionado en el corto Laura Hasn't Slept (2020) que me parece pieza clave de esta historia. 

En contraste, considero que los hechos avanzan de modo razonable. El misterio y el suspenso se construye sin prisas con bases lógicas. La investigación tiene la conveniencia de mantener ocupada la mente de la protagonista y mantener a raya a la maldición, enfermedad o demonio. La transformación que sufre Sosie Bacon con el día a día, tanto en lo físico como en lo psicológico avanza de modo verosímil. 

Pero lo mejor de la cinta es que te obliga a pensar en algunos asuntos. Por una parte, siempre he sentido que aquellos obsesionados con ayudar a otros requieren ayudarse a sí mismos. Pero es más fácil huir entretenidos con problemas ajenos que enfrentar nuestros traumas. Aunque quizá ayudando a otros terminen por resolver los propios. Si estudias psicología es porque hay algo que quieres resolver.

Por otra parte, aunque se supone que las enfermedades mentales no son contagiosas. Tengo la impresión de que es posible heredarlas. Hay familias en las que los suicidios o los accidentes no son raros. Por eso me gustó mucho que la doctora tenga la claridad mental de buscar el origen de los suicidios y que exista una solución para la maldición, cosa que se muestra con el reo que visitan. Supongo que los suicidas de esta cinta son todos culpables de alguna muerte en el pasado, pero eso no se explora. Es decir, la maldición los escoge por alguna razón, probablemente, una culpa. Por cierto, les recomiendo una cinta de Denzel Washington llamada FALLEN (1998). Ya verán como conecta con ésta a pesar de tratar un asunto diferente.

Otra cosa interesante es que el superviviente no queda inmune y parece que la maldición puede buscarlo. Aunque no estoy seguro de que ir a la cárcel por asesinato sea mucho mejor que morir. El vivo confió en la laxitud o ineficacia del sistema penal. 

Sonríe parece decirnos que los que no fingimos ser felices todos los días somos marginados, salados o condenados. Esos que fingen optimismo absoluto asumen que somos incapaces de ver lo bueno del mundo. Yo creo que fingir felicidad es la causa número uno de la locura y no dudo un segundo de la belleza del mundo. Pero es desagradable verlos fingir para esconder su vacío existencial. Les tengo noticias: su máscara es notoria y huele mal. (Ab.)

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