Driving Miss Daisy - Bruce Beresford (1989)

 Este filme, hoy en Max, fue un gran éxito que hizo mucho ruido y ganó 4 premios Oscar. Pero verlo hoy es muy diferente. Quizá tengas un buen recuerdo de su música o sus actuaciones, pero te reto a verla y no sentir un poco de asco. En teoría aportaba a la empatía y la igualdad, pero sostiene estereotipos raciales que hoy son desagradables. Los contrastes son evidentes. El pobre es negro y analfabeto, recibe instrucción y trabajo de sus patrones judíos, Miss Daisy, una maestra de escuela y Boolie, un empresario exitoso. Los negros, tanto Idella, la doméstica, como Hoke, el chofer, sirven a sus patrones soportando todo tipo de desplantes que incluyen pedir permiso para orinar. Idella se muere trabajando en la cocina y el chofer invierte todo su trabajo en el bienestar de su familia, mientras que el judío paga sin esfuerzo a los empleados negros al servicio de su madre. El chofer compra el auto que el patrón desecha y cuando no puede seguir conduciendo no se da el lujo de pagar un chofer. Las clases sociales están bien definidas, no hay escalera entre ellas. Lo que hay es un tufo de condescendencia. 

Con un comentario de un patrullero pretenden hacernos creer que los judíos sufren tanto rechazo como los negros. Pero la intención de la película es invitar a los judíos a tratar mejor a sus empleados y educar a los empleados a ser siempre amistosos con sus patrones. 

Si Green Book (2018) me pareció racista, ésta además es hipócrita. La cinta hace que Miss Daisy sea admiradora de Martin Luther King Jr. y asiste a una cena en que el activista da un discurso. Ella es puro cuento y antes que invitar a su chofer, prefiere ir sola. Lo invita al último minuto pero Hoke se indigna y escucha el discurso en el radio del coche. 

Para que la audiencia crea que Hoke y Miss Daisy están en el mismo canal de discriminación, la sinagoga sufre un atentado. Intentar nivelar la muerte de los líderes negros con una bomba en el templo judío me parece ridículo.

En otras palabras, si apagas el cerebro la película te hará pasar un buen rato con su viaje por la historia. Los coches son hermosos, no como los de hoy; la música es genial y el humor es sutil. Pero si pones atención, quizá incluso te haga encabronar. (Ab.)

Si te gustó esta reseña, compártela con un judío pero no la Shamebowl.

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