Chien et chat - Reem Kherici (2024)

 PERRO Y GATA  está en Netflix y es una babosada. De principio a fin es tontería tras tontería pero es coherente y está diseñada para que la puedas ver aunque revises tu teléfono o vayas al baño. No importa que estés cocinando, planchando o subiendo fotos a Instagram, no importa si pediste comida y llegó el repartidor, incluso podrías ver porno mientras ves esta cinta porque es fácil como la tabla del cero. Supongo que la idea es que no la veas. Es decir, la idea es que la pongas y te distraigas para que la vuelvas a poner y así tenga más reproducciones y gane mucho dinero. Si ves los primeros cinco minutos y ves el final, entendiste casi todo, pero quizá la pongas de nuevo porque saliste a correr a los atalayos y te quedaste platicando con el vecino. Te perdiste la explicación sobre la vida de Mónica, válgame Dios. Ponla de nuevo. PERRO Y GATA  es el triunfo de las audiencias sobre los creadores, es un producto comercial absolutamente vacío que brinda al público lo que pide. Si los videos de perros y gatos son lo más visto en redes sociales, lo lógico es hacer una cinta de perro y gata. El peligro sería que lloverían quejas sobre el maltrato animal. 

Pero esto no es BABE (1995), eso requería mucho trabajo y talento. No hay necesidad de molestarse en entrenar un perro y una gata o varios, ni de coordinar un trabajo de animación para que hablen. No, los tiempos de la posverdad no son tiempos de verosimilitud. Una animación chafa de un cachorro inspirada en Clifford (2021) que no tiene tamaño ni proporciones de cachorro y una gata que parece un gato montés, casi un lince, para que nadie pueda pensar que usaron animales de verdad.

La trama es la de un viejo ladrón conocido como Gato que, en Montreal, se robó un rubí llamado Manzana que se tragó un perro. El Gato se lleva al perro y le pone pañal para poder recuperar la Manzana sin matar al can. El perro se pierde en el aeropuerto antes de subir al avión por pelear con la famosa gata Diva. El perro y Diva, mascota de la señora Monica que vive en su camioneta haciendo videos, intentan viajar a Nueva York. El Gato y Mónica los siguen. El ladrón es un viejo culto y la señora es una treintena pueblerina e ignorante. El Gato es perseguido por un súper policía que sabe que el perro se tragó el rubí.

Esto es una doble aventura de pareja dispareja, por una parte Monica y el Gato se acompañan en el viaje; por otra, el perro y la gata construyen una amistad. Diva bautiza como Chichi (Cochino) al perro y él la salva de morir ahogada en un lago helado. El humor es de pastelazo, el más básico posible. 

Pero en el fondo hay una pizca de retrato social: La policía es incompetente; los jóvenes viven en sus autos, tienen mascotas en lugar de hijos y se dedican a subir videos; los ladrones viejos son más listos que los jóvenes; y la audiencia prefiere basura anodina que no ofenda sus ideas. No pus guau. (Ab.)

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