The Company Men - John Wells (2010)


HOMBRES DE NEGOCIOS es el título de esta cinta en Amazon y trata sobre esa bonita etapa de la vida que la mayoría de las personas cruzamos más de una vez: el hermoso desempleo. No sé si la intención es exponer como los altos ejecutivos de las compañías tratan a sus empleados como ganado (sacrificable en cualquier momento) mientras ellos se compran una nueva oficina, o si la idea es mostrar el mal que ocasiona vivir por encima de tus ingresos o si es una denuncia sobre el consumismo y las depredadoras tarjetas de crédito. Todo eso es posible observar en la cinta. Un lavado de cerebro bastante extremo en el que un ridículo padre de familia DESEMPLEADO sufre por no vender el Porsche, pagar la mensualidad del club de golf y se conservar a una casa gigante que no necesita. Obviamente el mundo en que vivimos tiene, en la práctica, un sólo Dios: Don Dinero. Y ese señor se regocija fluyendo. Para bien o para mal, con trabajo duro o con trabajo inteligente agota nuestros esfuerzos. 

La parte dulce de esta cinta está en el que el idiota de Ben Affleck tiene una esposa que lo quiere y un par de hijos que todavía usan su cerebro y no están convencidos del credo monetario. Además de un cuñado contratista que lo contrata para trabajar a la par en la construcción de casas.

Pero la cinta tiene otros dos protagonistas. Por una parte, Chris Cooper que, habiendo empezado como obrero y después de llegar tan alto, no soporta la idea de las vacas flacas. Por otra, Tommy Lee Jones que ayudó a construir la empresa de la que recibe una participación por acciones, pero cuyo empleo también desaparece. 

Estos dos hombres son los extremos. Uno que sin el pago quincenal por su trabajo se queda sin nada y otro que puede prescindir del salario porque recibe las utilidades de la sociedad. Aunque ambos odian ser recortados, obvio uno puede más que el otro. Para uno es una oportunidad, para el otro es la catástrofe.

En el fondo, lo que queda claro es que un hombre sin empleo, en muchas ocasiones, es hombre sin rumbo. No debería ser así, pero tristemente así funciona. Los hombres necesitan sentirse útiles, ser el macho proveedor es un chip, una programación mental que es difícil dejar atrás. Aunque claro, también somos culpables de reducir nuestra existencia a algo tan minúsculo y absurdo.

En la perspectiva amplia es necesario notar que las empresas están más preocupadas por las ganancias que por producir. La empresa en cuestión es un astillero y los barcos siguen siendo necesarios pero esa actividad se abandona para que la corporación entregue buenos resultados a sus accionistas. 

La lógica del dinero no siempre sigue la lógica de la productividad. La especulación crea burbujas. Esta cinta es un hueso que la industria del cine debería revisar. Los accionistas están muy lejos de las películas y los gerentes son ladrones que se quedan con la mayor parte. Que te lo digo Juan para que me escuches Pedro. Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar. (Ab.)

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