Mission: Impossible - Dead Reckoning Part One - Christopher McQuarrie (2023)


MISIÓN IMPOSIBLE: SENTENCIA MORTAL, PARTE 1 es genial. Tom Cruise, con ayuda del Spiderverse, ha salvado las salas de cine. La película trata sobre patrones. No me refiero a esos que menosprecian a sus empleados y provocan huelgas de escritores y actores. Me refiero a esas secuencias de nudos que, como en los tejidos, forman una figura. El patrón es una suma de ingredientes que resulta en una cinta de Misión Imposible. Primero, la entrega de un artefacto que explica la misión y después se auto destruye. Segundo, viajes. Lo que antes fue París hoy es Roma, lo que antes fue Abu Dhabi hoy es Venecia, lo que antes fue Nueva Zelanda hoy es AbuDhabi. Noruega vuelve a ser Noruega. Tercero, mujeres atractivas, repiten Rebecca Ferguson y Vanessa Kirby, pero se suman Hayley Atwell y Pom Klementieff. Cuarto, nuevamente es necesario salvar al mundo. Pero no tenemos toda la información y hay que dar espacio al villano para que delate su intención. Quinto, nuevamente se usarán las ya tradicionales máscaras. Sexto, habrá secuencias en motocicleta. Séptimo, Ethan Hunt vuelve a tener debilidad por las mujeres. Octavo, todo es trabajar en equipo. Noveno, la serie de acrobacias que sazona este plato es la parte fuerte de la diversión.

Supongo que con estos elementos, una IA podría escribir una nueva entrega de MI. Sin embargo, no creo que pudiera lograr un producto tan satisfactorio como éste. He escuchado algunas opiniones que tachan de poco convincente al villano y otras voces sobre que la cinta comienza a reciclar. El villano, lo aceptemos o no, es el más peligroso y al menos para mí, es muy tangible todos los días. Te recuerdo lo frágil que son los sistemas de seguridad informática. El malo es una especie de Dios sin manos que todo sabe y trabaja manipulando información. Quizá la falla está en que Ethan no busca maneras de ocultarle información. 

Por lo que refiere a las acrobacias, es obvio que hay un número limitado de éstas, pero hay detalles que hacen que luzcan innovadoras. Es decir, la magia siempre consiste en aparecer o desaparecer algo, pero no es lo mismo desaparecer una pelota que un elefante o la Torre Eiffel. Jason Bourne se movía por París en un Mini Cooper chatarra y tenía una secuencia bajando escaleras. Ahora Ethan Hunt se mueve en un Fiat 500 eléctrico por Roma y las escaleras son la Plaza de España, pero va esposado a su acompañante y va perseguido por un vehículo gigante además de la policía. Es lo mismo pero no es igual. 

La pelea sobre el techo de un tren la has visto en James Bond, pero también en la primera MI. Curiosamente destruir un puente y desenganchar una locomotora son cosas que se hicieron el siglo pasado en La Pandilla Salvaje (1969) y los saltos en motocicleta fueron popularizados por Evel Knievel entre 1960 y 1970. Las acrobacias en esencia son las mismas pero están retocadas y lucen geniales. 

Por otra parte, algunos de los patrones que se observan, como Ethan confiando injustificadamente en Grace (en otra cinta lo hizo con Ilsa y antes con Nyah), no debería ser valorado antes de ver la segunda parte. Supongo que la conclusión, tendrá sorpresas que darán una nueva perspectiva a los hechos de ésta. Detalles que pasaron de largo se convertirán en importantes, puedo apostar por ello.

Es cierto, las secuencias de acción puede cansar si estás deshidratado, con hambre o con sueño y la acción te empuja a concluir que el guión es demasiado conveniente. Sí, quizá hay cosas que se sienten demasiado obvias o poco lógicas. Por ejemplo, Ilsa buscando a Gabriel para pelear a solas en medio de la noche en un puente veneciano, cuando sabe que este hombre cuenta con que ella o Grace mueran esa noche. Puede ser bobo pero también es lógico que ella confíe en su capacidad para pelear y atrapar malos.

Por otra parte, es necesario admitir que la dosis de humor en Roma funciona muy bien y es una pena que se olviden de ella más tarde. MI se pone seria y cuando la muerte de una mujer convierte sus últimas palabras en cliché, parece otra película, una novela.

Al final, me quedó con secuencias de acción que lograron emocionarme y aunque Tom no es el mismo que en 1996, sustituye lo físico con el oficio de haber hecho tantas cintas. La máxima virtud de ésta es mantenerse al día e incluir elenco nuevo sin olvidar a aquellos que son parte esencial del equipo. Mención especial para Pom Klementieff que casi sin palabras se roba la película. Hace falta esperar la segunda parte para valorar con justicia esta entrega. (Ab.)

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