Emily the Criminal - John Patton Ford (2022)


EMILY LA CRIMINAL está en HBO Max y va contra corriente. Este filme renuncia a todos los 
trucos, trampas y modas Hollywoodenses. Cuenta una historia de la manera más simple  directa. No hay justificaciones, no hay agenda, apenas y asoma un poco de crítica social. Emily es una joven con antecedentes penales que se esfuerza trabajando en un servicio de comida a domicilio para vivir y pagar su crédito universitario. La cinta omite el flashback para mostrarnos lo sucedido. Debido a su pasado en prisión, la gente la rechaza y ella está fastidiada de lidiar con los empresarios que se sienten con derecho a menospreciarla y abusar de ella. Los pagos que hace son insuficientes, necesita más dinero. Sin buscarlo se engancha en el fraude con tarjetas de crédito y gracias a la atracción que siente por uno de los organizadores de la estafa se involucra más. Esto podría ser una historia de superación personal, pero no lo es porque ella opta por el camino del delincuente.

Aubrey Plaza y Theo Rossi hacen un trabajo estupendo. Todo se siente muy real, no queda espacio para el glamour del sueño americano. Las casas son pequeñas y compartidas. Las oficinas son feas. La gente no es amable. Las empresas buscan un perfil muy bien delimitado mezcla de sumisión y actitud positiva. Lo que sucede fuera de su empresa es irrelevante.

El dinero es una religión. Lo necesites o no es la medida con que la gente te juzga. Emily necesita salir de deudas pero también busca una vivienda independiente y presumir con sus amistades. En sus palabras: quiere ser libre.

Es divertido que su modo de ser libre sea ponerse en riesgo de ir a prisión. Pero se entiende que toma el camino más corto, más fácil. Hay una secuencia genial en que una mujer mayor le pregunta sobre su talento y ella responde que no lo ha descubierto. La mujer dice: todos tenemos uno. Emily se encarga de descubrirlo en una evolución natural y progresiva de sus decisiones.

Otra gran escena tiene lugar en la última entrevista de trabajo. Por una parte, el descaro de la jefa de intentar hacer pensar a otras que ha hecho algo por ellas. Habla de haber trabajado sólo con hombres como si hubiera hecho un sacrificio, como si la hubiera pasado mal con el único propósito de hacer el camino más fácil para otras mujeres. Mentiras, nunca tuvo una pizca de deseo altruista, todos sabemos que las metas son personales.  


Por otra, la cruda respuesta de Emily y su contundencia. Si quieres darme órdenes, ponme en la nómina. En otras, palabras, sólo pagando tendrás autoridad y podrás controlarme, sólo así estaría obligada a fingir que creo en tus mentiras y tu ética.

No se trata de que Emily sea mala, buena o superior, se trata de que no engañar a nadie. No anda por allí dándose aires de grandeza, simplemente busca obtener más dinero por su tiempo y su trabajo. Todos los trabajadores deberíamos tener claro que nadie te está dando una oportunidad, ellos compran  tu trabajo y tú necesitas su dinero. Si el intercambio es injusto no hay razón para comprometerse. (Ab.) 

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