Barbie - Greta Gerwig (2023)


BARBIE está en cartelera y, a pesar de que reí 4, 5 o 6 veces de buena gana, salí decepcionado. Inicia muy bien con muchos detalles y se desinfla para acabar en un mediocre Ted Talk. Soy fan de Margot Robbie y sentí curiosidad por la cinta después de ver el avance en que se reinterpreta una secuencia de 2001: A Space Odyssey (1968) para usarla como genial prólogo. También influyeron dos de videos de Architectural Digest en YouTube. Uno sobre la evolución de la casa y otro sobre el conjunto residencial creado para la cinta. Fui a la sala con ganas de disfrutarla y pasar un buen rato. Pero deduzco que fue hecha para
 adolescentes menores de 15 años. Los aciertos: 1) el alucinante diseño de las casas y todo Barbieland; 2) la música alegre; 3) un par de coreografías; 4) el sketch de Neo y Morfeo; 5) la belleza de Margot (aunque a ratos luce fatal); y 6) las buenas actuaciones de Ryan Gosling y Kate McKinnon. Los primeros quince o veinte minutos son lo más logrado. El guión, si es que hubo, intenta contarnos que una muñeca, Barbie, comienza a tener problemas nunca antes vistos en la fantasía cotidiana. Para resolverlos debe salir de su ciudad, Barbieland, e ir al mundo real para ayudar a su dueña y que las cosas vuelvan a ser como antes. La idea se mueve entre El mago de Oz y Alicia en el país de las Maravillas. Pero el guión, en su afán de ser creativo, se convierte en un show chafa de stand up. Supongo que los escritores, Greta y Noah, coleccionaron chistes sobre machismo y patriarcado opresor que luego mezclaron con ideas copiadas de panfletos feministas de los 90. El resultado es un guacamole sin aguacate que no se puede llamar historia, después de la presentación, vienen los chistes aislados y hacia el final se transforma en la lectura apresurada de ideas pseudo feministas que contradicen lo visto en pantalla.
La cinta logra hacernos sentir en el mundo de juguete, pero en cuanto sale de él, todo es desastre. En el mundo real, Barbie y Ken entran y salen de la cárcel dos veces sin abogado ni explicación. Aunque ahora son de carne y hueso carecen de genitales, pero al final de la cinta Barbie visita el ginecólogo, un hombre, supongo. Todos los ejecutivos de Mattel son caricaturas y Ken encuentra varios libros que le indican paso a paso como imponer efectivamente el patriarcado en Barbieland. Pero digamos que la cinta es fantasía y el mundo real es la pesadilla de la gente Woke. Por eso, aplican todos sus prejuicios. 

Las incongruencias no se detienen. Barbie Rarita explica que los problemas son producto de la imaginación de la niña que juega. La niña resulta ser Gloria (una mujer latina). Ese detalle destruye la idea de diversidad con base en la cual se hicieron Barbies de todos colores y sabores para que las niñas "se identifiquen". Es decir, si la mujer latina y curvilínea puede jugar con la Barbie flaca, alta y rubia, y proyectar en ella sus problemas es innecesaria la existencia de la variedad de Barbies. Queda claro que Gloria no se sentía amenazada por la figura y el color de un juguete. Quizá usa el criterio. 

Lo más decepcionante de la cinta es que el sermón feminista subestima a todas las mujeres. Las trata como estúpidas, las considera incapaces de formarse un criterio y pretende dirigirlas imponiendo el suyo que evita los roles tradicionales. Como conquistadores evangelizando indios en América, imponen su credo en débiles de corazón con la amenaza del escarnio público. Ken se queda a nada de imponer su monarquía machista, porque en Barbieland existe un estado de derecho y la ley se respeta. Maldito patriarcado romano. 

Al final, conscientes de las embarradas ideológicas, quieren que olvides el desarrollo de la cinta e insisten en que cada mujer y cada hombre son libres de escoger su futuro siempre y cuando rechazan los roles surgidos de la biología. Muchas gracias, por la orientación no pedida. Por cierto, es imposible establecer un parámetro que evite que una mujer dependa de un hombre o que un hombre dependa de una mujer. Ken es codependiente por diseño de fábrica. Los humanos somos seres sociales y dependemos de nuestra comunidad. 

Margot interpreta a Barbie, pero brilla más el Ken de Ryan Gosling, a pesar de que se pone en duda su heterosexualidad y ridiculizan sus ideas. El asunto es tan grave que se roba la película. 

Si ser macho pasa por el mansplaining, Barbie hace exactamente lo mismo. Intenta explicar la realidad a las mujeres desde un falso pedestal de viejas ideas superadas. Barbie, la muñeca, es un ideal, una utopía y al eliminar su lugar de privilegio, el mensaje de supuesta libertad se deforma para entregar propaganda de la mediocridad. 

Yo sólo quería reír y ver guapa a Margot Robbie. No me inscribí en la conferencia magistral feminista de Tonto y Retonto. No estoy seguro, no recuerdo si mencionan la esfera cognitiva o la burbuja epistémica, pero estoy seguro que la mitad de la sala ni cuenta se dio y quizá no sabe a qué se refieren. Triste, pero es sólo un churrito que quiso ser más y no pudo. Venga el culto a la mediocridad. (Ab.)

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