Le fabuleux destin d'Amélie Poulain - Jean-Pierre Jeunet (2001)


Uno de los creadores de Delicatessen (1991) refina la receta y la endulza para hacer AMELIE. Aunque esta cinta fue un gran éxito había olvidado por completo la historia. La ví y no podía recordar nada, para mí era una cursi historia de amor. Sin embargo, sabía exactamente las respuestas a los misterios de la cinta. Recordaba los detalles. Y creo que esa es la virtud y el problema de esta película. Los detalles son lo importante, ese es su mensaje y así se muestra. Es un filme totalmente congruente con su idea: la vida es una colección de detalles (momentos, gestos y objetos). La estética y el estilo, incluso algunas bromas, han sido copiadas en otras cintas, por ejemplo: La vida secreta de Walter Mitty (2013). Y creo que en general Amelie influyó mucho en los hipsters, hasta que el teléfono celular y el internet nos rescataron invadiendo todo. La idea de vivir en un pueblito en el que todos somos amigos a pesar de que nos hacemos chingaderas de vez en cuando es insufrible.

El personaje principal, Amelie, luce muy femenina y eso se agradece, no necesita bailar reggaetón ni mostrar las nalgas para ser mujer, tampoco necesita enfadarse con los hombres, pero su personalidad de ratita espantada tampoco es muy agradable. Varias veces se encuentra de frente con su objeto amoroso y le resulta más simple el sexo que la conversación.

Se enamora de la idea de que el tipo es un soñador igual que ella, pero no lo conoce, no han hecho nada juntos. Creo que a todos nos pasa una vez en la vida. Ella decide que ese será su amor porque colecciona fotos y trabaja en la feria y en un sito de renta de videos porno con show en vivo. Y quizá eso sea cierto, es decir, es imposible dar una lista de atributos de tu pareja ideal.

Amelie está llena de referencias de la cultura pop. La muerte de Lady Di es mencionada varias veces y lo mismo incluye un personaje con huesos de cristal como se hizo en Unbreakable (2000) que aparecen escenas de bebés en el agua como en la portada del álbum Nevermind de Nirvana

Los paseos por Paris (Montmatre) son igualmente importantes, incluye una visita a la Catedral de Notre Dame y otra a la Basílica del Sagrado Corazón así como vistas de los canales y los trenes, pero la cultura francesa vive en el Bistró, Le Tour de France y el cuadro "El almuerzo de los remeros" de Pierre-Auguste Renoir.  

Lo mejor de la cinta es la música de Yann Tiersen. Una mezcla de tristeza y alegría, soledad y paz, de lágrimas, lluvias y ríos, del bullicio de las calles cuando el sol está en lo alto; el tintineo de las botellas vacías y el sonido de un diario que vuela llevado por el viento. 


Quizá el mejor personaje de todos es Lucien, un inmigrante árabe que es maltratado por su patrón, pero que tiene un gusto especial por el arte y no requiere de la ayuda de Amelie para ejecutar su venganza. Él, igual que los otros personajes, navega con bandera de tonto pero no lo es. Vive a su ritmo y su venganza se ejecuta en silencio. No es un pan de Dios, nadie lo es en esta cinta. Todos son un poquito cabrones y ese es su toque de sal. Lo peor de la cinta es el afiche verde en que Amelie parece de plástico. Por cierto, puedes escuchar el podcast sobre El lado oscuro de Amelie. (Ab.)

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