Yakuza Princess - Vicente Amorim (2021)
Casi sin historia, apenas con un pretexto, este director se lanza a construir una aventura que nunca comienza y que parece el piloto de una serie de acción. La cinta comienza mostrando una fiesta que acaba antes de comenzar. Una familia japonesa es atacada en Osaka y sólo una niña, una bebé, es rescatada. Los años pasan y esa niña es ahora una joven de 21 años que vive en Sao Paolo aprendiendo kendo. En un hospital de la ciudad despierta un tipo violento de habla inglesa que dice no recordar nada. Le muestran una katana. No recuerda ni su nombre pero sabe usar el arma y resulta que esa espada tiene voluntad y está sedienta de sangre. La espada escoge a su dueño y obliga a los humanos a matarse. Todo en esta cinta es fantasía extrema, Sao Paolo son 4 lugares a los que todos asisten en repetidas ocasiones y la cinta es sólo un pretexto para admirar a MASUMI.
Muchas peleas, muchos balazos, muchas persecuciones, todas evitables con una pizca de estrategia. Pero si los personajes de esta cinta usaran su inteligencia la película terminaría muy pronto y sería muy aburrida. Creo que ya son muchas películas intentando crear mujeres bellas y fuertes que pelean a golpes, sería bueno optar por otro tipo de fortaleza, quizá la inteligencia.
Con un estilo oscuro que, supongo, copia las imágenes de la novela gráfica Samurai Shiro que sirvió de base al guión, verás volar cabezas y eso debería impresionarte, pero no lo logra. La princesa no se sabe princesa ni hay ninguna familia real ni nada semejante y su enemigo no se sabe su enemigo. Ella es princesa como tu vecinita, que es princesa de su habitación del departamento 4 del edificio f del multifamiliar y como su hermanito que es campeón en ensuciarse al comer mango. La falta de objetivos claros hace que la cinta se convierta en la introducción de una trama que debe ponerse buena cuando logre viajar a Japón. Cosa que no sucede.
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