Ratatouille - Brad Bird & Jan Pinkava (2007)


RATATOUILLE  es una joya de Pixar. Seguramente ya la viste. Así que ya sabes que esta cinta te hace sentir que algo está mal en el cine de hoy. Hace que parezca fácil construir una trama interesante y con mensaje cuando en realidad no lo es. La trama principal es sobre el joven que debe seguir sus sueños para triunfar, cuestión bien amarrada con la resistencia propia de la tradición, es decir, con la familia y sus expectativas. A la vez, es el sueño del migrante, la recreación del impulso de la gente que tiene que dejar su casa e ir a otro lugar para ganarse la vida. Entre todo esto esta la clásica telenovela del hijo fuera del matrimonio que es heredero universal de una fortuna y el destino debe jugar sus cartas para que pueda descubrir su origen y su lugar. Además se suman una historia de amistad, otra de amor de pareja y una más de celos laborales. Incluso hay una sutil apología ecologista sobre las ratas. El hilo que une todo es el amor a la comida, que dicen, es el único amor verdadero. Todo está sazonado con buen humor y secuencias de acción. La cereza en el pastel es hablar de la crítica. ¿Quienes son? ¿Qué hacen? ¿Por qué lo hacen? ¿Cuál es la ética de ese trabajo? ¿Qué quieren?

Una virtud más que quiero resaltar es que muestra el trabajo. Es decir, existe una secuencia dedicada a que Remy, el chef, y Linguini, el humano torpe, coordinen sus movimientos. No lo da por hecho, muestra que incluso en la fantasía debe haber esfuerzo y comunicación, incluso en la fantasía HAY REGLAS.

Jamás abandona la realidad. Tanto el inspector como el chef impostor son liberados y el restaurante sufre las consecuencias lógicas de tener una cocina manejada por ratas. Lo mismo sucede con Ego, pierde su reputación a causa de su buena crítica.

No hay otra patria que la infancia. La infancia no tiene banderas ni himnos, sólo hay rituales que brindan felicidad y esa felicidad se encuentra en las cosas simples. El contraste entre Skinner, que ama el dinero, y Remy, que ama la comida, es absoluto. Uno perderá todo y el otro ganará. Las cosas hechas con amor brindan frutos, el amor al dinero no deja nada.

Los defectos son inevitables, pero hay tantas virtudes en esta cinta que es una grosería poner atención a lo conveniente que resulta cada momento. Es mejor dejarse llevar y disfrutar cada detalle, cada broma, cada mensaje. (Ab.)

No seas rata, comparte esta reseña y escucha el podcast sobre esta cinta.

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