Greed - Michael Winterbottom (2019)
AMBICIÓN está en Amazon. Greed es una excelente película pero una pésima comedia. Aunque el trailer y su elenco con (Isla Fisher, Steve Coogan y David Mitchell) indican que se trata de una cinta divertida, quizá sea más acertado describirla como un falso documental de denuncia con muchos momentos incómodos. Resulta difícil reír de las actividades de un tipo que, con todo el dinero del mundo, es un muerto de hambre. Steve Coogan se arregla para parecerse mucho al dueño de Virgin, Sir Richard Branson, con una pizca de Elon Musk, pero se supone que es un magnate de la ropa prêt-à-porter. La industria de la moda es la parte seria de la cinta. Se menciona constantemente al grupo Inditex, la marca Zara y H&M, tanto como los talleres de costura en el sudeste asiático. En la cinta, el protagonista, Sir Richard McCreadie, está en Miconos preparando la fiesta para su cumpleaños 60. La celebración pretende ser alocada y juntar a muchos famosos para dejar atrás el escandaloso interrogatorio a que fue sometido el millonario sobre el manejo de sus empresas. Mientras tanto, un escritor fantasma realiza entrevistas entre los contactos del entrepreneur para escribir la biografía. Esas conversaciones se transforman en flashbacks que muestran el rostro real del bicho asqueroso que hoy se las da de genio de las finanzas.
Al batidillo se suman: un león, una joven esposa trofeo, un hijo resentido, los refugiados sirios, una ex-esposa que cuenta todo, una madre descarada, el trabajo mal pagado de migrantes, paraísos fiscales, explotación de mujeres en peligrosos talleres de costura, cocaína, evasión de impuestos, cadenas de irresponsabilidad y abuso descarado de los más pobres en Sri Lanka.
La broma sobre Gladiador es tan tosca que ni siquiera resulta graciosa. Ni la aparición de celebridades, ni las tarifas por concierto de Shakira y Elton John, ni James Blunt cantando You're Beautiful pueden hacer divertido esto. Quizá sólo algunas bromas nerd por parte del biógrafo son divertidas. El resto provoca asco.
Cuando se explican las burdas mañas para comprar y quebrar empresas, no queda más que reconocer que el derecho ha fallado en lo económico y no podrá salir de la lista de disciplinas que tradicionalmente cooperan con la injusticia.
Quizá lo más desagradable es descubrir que tus sospechas son todas ciertas. Mientras más grande sea la campaña de imagen pública, más grande el cochinero que se esconde. Aunque claro, todos salen a decir que han cumplido con la ley y no han hecho nada malo. (Ab.)
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