Good Bye Lenin! - Wolfgang Becker (2003)


Nunca había visto este filme. Mi primo Jorge lo mencionó al comentar RUSH (2013) en el Tronco Común porque su protagonista es el mismo actor. Sólo sabía que trataba de un joven que hacía grandes esfuerzos para que su madre enferma no descubriera que el muro de Berlín había caído. La idea de mentir con algo así me parecía ridícula. Yo pensaba que todos los alemanes habían festejado la reunificación. Pero la película me convenció de que algunas personas habían perdido todo con el cambio de régimen. Con gusto descubrí que la historia de los dos Berlines, es sólo un pretexto para hablar de otra cosa. Obviamente hay una crítica a las locuras humanas, pero lo importante es la capacidad de aceptar los cambios y el golpe emocional. La cinta se toma tiempo en mostrar sus cartas así que al principio deberás tener paciencia. Confieso que entender el sentido del humor fue laborioso y estuve a punto renunciar. Asumir que la mentira tiene sentido, fue muy difícil. Pero la película trabaja en ese punto y termina convenciendo de que no es una tontería.

El protagonista, Alex, es el único que entiende lo importante que resultaba el antiguo régimen para su madre. Así que sólo él cree indispensable el engaño, los otros ayudan porque reciben dinero o porque encuentran cierto placer en el juego. Sólo unos pocos extrañan el modo en que funcionaban las cosas.

Hay una parte divertida que tiene que ver con la recreación de las noticas soviéticas y el lenguaje que se utilizaba. Astronauta y cosmonauta son palabras diferentes para designar la misma ocupación. Es como cuando alguien te dice "camarada" y ya sabes que en su familia existió algún aspirante a comunista. Guácala, pero gracias por la advertencia.

La cinta usa esos detalles para hacerte comprender que hubo mucha gente que quedó atrapada en una realidad alterna y que su mente se adaptó a ella, del mismo modo en que los mexicanos aceptamos la dictablanda del PRI. La narrativa oficial se impone y las personas se adaptan para no convertirse en exiliados en sus propios pueblos. La preocupación radica en cuántos cambios radicales es posible superar sin morir. 

De cualquier modo, la última media hora es realmente conmovedora. Todo ha sido preparar el maravilloso final. La cinta descubre los secretos de los personajes y los enfrenta con su pasado. Allí resulta imposible no llorar. Imagina encontrarte con tu padre después de años de no saber nada de él y descubrir su nueva vida. Imagina que has vivido siempre en una mentira y de pronto tienes la oportunidad de saber la verdad. Imagina que dejaste de ser el primer alemán que viajó al espacio exterior y ahora eres un taxista. 

Lo que está en el fondo es la manipulación. El lavado de cerebro no se lleva a cabo en instalaciones de CIA o la KGB, se lleva a cabo todos los días, en la comodidad de tu sillón, en tu casa, en la escuela, con tus padres, con tus compañeros, en Twitter, en YouTube, en Facebook, en la mañanera, en el súper, en el taxi. ¿Recuerdas que fácil fue obligarte a usar el cubre bocas y permanecer en casa? Estoy seguro que todavía te cuesta trabajo estar cerca de extraños sin cubre bocas aunque apenas hace tres años era perfectamente normal.

Resulta muy interesante que Alex parece no estar al tanto de que el muro está a punto de caer. El gobierno se ha asegurado de que no reciba noticias que le permitan creer que el país puede cambiar. Alex sabe que el cambio provoca estrés y sabe cómo hacer que los cambios resulten digeribles para su madre.


 
Aunque Alex y su hermana parecen haberse adaptado sin problema, aman la ropa, la TV y los coches; y el cambio de gobierno y de trabajo resultan aceptables. Pero la cinta se encarga de mostrar el golpe emocional al perder los ahorros o reencontrar a su padre. Eso es lo verdaderamente importante, la verdad, la familia y el ingreso. 

¿Recuerdas cómo te sentiste al saber que los cubanos vivían en la mentira de una dictadura pseudocomunista? ¿Recuerdas qué pensabas cuando supiste que en Venezuela era un lío conseguir los productos de la canasta básica? Ponte vivo, abre los ojos, ese monstruo está muy cerca. No aceptes mentiras, defiende tu libertad. Prefieres ver la televisión o mirar por la ventana. (Ab.)

Por instrucciones del Subcomandante Marcos, comparte esta reseña.



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