Star Wars: Episode VI - Return of the Jedi - Richard Marquand (1983)

¡Zas! Ver de nuevo esta cinta, la única que ví en el cine, explica mi rechazo a esta saga. El capítulo IV no era excelente, pero tenía la ventaja de la novedad, de la sorpresa y no era abiertamente para niños. Después, el capítulo V elevó mucho el nivel, no sólo tenía contenido, desparramaba carisma a pesar de su fallas. Esta entrega se siente profundamente comercial y vacía. Te venden mucha acción y aventura que no va a ninguna parte. Los héroes se salvan muy fácil, nunca se siente verdadero peligro y el humor sólo estorba. El inicio es muy lento y aburrido, para cuando aparecen los cariñositos (MR) ya sólo los fans permanecen atentos. El primer error es que Yoda desaparezca. El rescate de Han Solo es por demás absurdo. Y que el Emperador gaste tanto tiempo en palabras cuando puede acabar a Luke es imperdonable. Incluso la muerte del Emperador es ridícula. El tipo lanza rayos por las manos y es el más poderoso de los Jedi, pero no puede flotar. El final feliz muestra que el objetivo es vender juguetes. Parece que George Lucas había perdido el interés.

Los diálogos son malísimos. Por ejemplo, el emperador no para de repetir a Luke que se entregue a la ira, que cumpla su destino, que se pase al lado oscuro. Quizá si se queda callado Luke caiga en la trampa, pero si te repiten hasta el cansancio lo que quieren que hagas, fastidia, provoca resistencia y te da tiempo de pensar. Ese hombre que planeó todo, falla en el momento decisivo. ¿Notaron que Luke se viste de negro para visitar a su padre? Nunca antes aparece vestido así. ¿No es demasiado? ¿No bastaba con que los hombres de la familia pierdan la mano y utilicen prótesis?

El asunto del trampolín pirata copiado del Capitán Garfio. La trampa de red en el árbol. C3PO convertido en Dios. Ya sé que no soy el público objetivo, pero tampoco lo fui cuando tenía 12 años. Éste es, sin duda, el eslabón más débil de los primeros tres. Es para niños que corren por los pasillos del cine. Quizá ellos quieran un Ewok harapiento. Esta entrega debió llamarse: el ataque de los peluches asesinos.

Por cierto. Se supone que los Ewoks son hippies que comen humanos, así que ningún niño cuerdo debería desear un peluche de esos. Pregunta seria: ¿Notaron que no se iban a comer a la princesa Fea y cambiaron de opinión cuando descubrieron que que tenía pareja? Me recordó ese chiste viejo de caníbales que te obligaban a escoger entre sexo o muerte. (Ab.)

Si te gustó esta reseña que se siente traicionada por la fuerza, compártela con un fan.