Goodfellas - Martin Scorsese (1990)

Buenos Muchachos está en Amazon y, si no la has visto, tienes que verla. Algunos afirman que este filme fue el que confirmó como maestro a Martin Scorsese. Yo sólo sé que llevó a Ray Liotta y Joe Pesci a lo más alto. De Niro está de relleno. El protagonista es Henry Hill (Liotta), un muchacho que comienza como mensajero de la mafia y gracias a su astucia va escalando en la pirámide del poder. Jamás podrá ser uno de los intocables de la  organización, aunque eso no le impide llenarse los bolsillos y despilfarrar su vida. Al final, el mensaje es que la vida debe vivirse y que la perspectiva cambia a cada paso. El gozo que demuestra el protagonista ha cada momento, su actitud de confianza y desafío, su impunidad, tiene un aire relajado y cachondo. No estoy seguro de que este filme hoy pudiera pasar los filtros de la estúpida corrección política, ya que su machismo es aspiracional. El protagonista es un león que hace lo que disfruta hacer y su esposa es incondicional y su novia y su amante también. 

Las mujeres dirán que es tan sólo otra película de mafia. Yo digo que el crimen no es lo importante, podría tratarse de un tenista o de un jugador de ajedrez. Lo relevante es la libertad, la seguridad del personaje, la sensación de plenitud, el desenfado. 

Henry Hill fluye al ritmo de su realidad, danza con ligereza y embelesa. Tommy DeVito (Pesci) es la cara oscura de la moneda, el que utiliza su fuerza sin medida, el demonio de Tasmania que arrasa y será arrasado. Conway (De Niro) se pierde detrás de la luz de este par de astros.

Buenos muchachos tiene la virtud de hacerte sentir fuerte y poderoso, sin jamás haber cavado una tumba y sin jamas haber robado un camión de licor. La cinta cree en las segundas oportunidades. Aunque el modo en que Henry Hill recoge el diario indica que volverá a los malos pasos. Una gozadera de principio a fin. (Ab.)

Si te gusto esta breve y alegre reseña, compártela con tu amigo.