The Devil and Father Amorth - William Friedkin (2017)
Si te quieres divertir en serio, tienes que buscar en Netflix esta película. El director de El exorcista (1973) enloqueció y ahora cree que el demonio anda suelto por allí. Es evidente que no vive en México, si viviera en este país sabría que no hace falta el demonio para que las cosas salgan mal y la gente se haga daño de verdad. En su locura de corte fanático-católica contactó al Vaticano y le permitieron filmar un exorcismo con una cámara portátil sin ayuda de nadie más. La verdad da un poco de pena ajena. Yo he visto mujeres más agresivas, fuertes y violentas encabronadas porque alguien les gritó "gorda" y jamás han dicho estar poseídas. También he asistido a rosarios del Opus Dei que lucen más intimidantes que el ritual de exorcismo.
En fin, haciendo un poco al investigador, el hombre se entrevista con psicólogos y neurólogos, les muestra su grabación y todos se aguantan la risa. Al fin y al cabo profesionales, los médicos dan explicaciones lógicas de lo que ven. El sacerdote Amorth que realiza el exorcismo tiene o tuvo madre, toda vez que es consciente de que no hizo nada por la loca (no surtió efectos el ritual y sólo le dio cuerda para seguir tonteando), decide morirse de vergüenza y de viejo también.
Entonces William Friedkin visita a otro sacerdote que hace su mejor esfuerzo por no burlarse de los exorcismos y le responde que el nunca haría un exorcismo por no contar con los tamaños espirituales que la empresa requiere. Supongo que se refiere a que no es tan sinvergüenza como el difunto Gabriele Amorth.
Al final, William se da cuenta que su historia hace agua por todos lados y decide olvidar la cámara para ir a entrevistar a la loca a un pueblo. Convenientemente es allí, en mitad de la nada sin testigos ni cámara que William siente la presencia del demonio y nos hace el relato de su huída. La gente hace cualquier cosa por dinero. Veanla se van a divertir. (Ab.)
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