The Stranger - Thomas M. Wright (2022)
EL EXTRAÑO en Netflix es una clase magistral de edición. Si te contora de que trata la cinta la arruinaría, parte del encanto es descubrir lo que está sucediendo. El editor juega con tu mente e incluso planta ideas falsas en tu cabeza con base en detalles mínimos. Todo sucede en una envidiable galaxia muy muy lejana, en un planeta sin desaparecidos llamado Australia. Ellos viven una realidad que a los mexicanos nos resulta ajena e inalcanzable casi incomprensible. Por eso mismo, la cinta parece violatoria de derechos humanos y el caso criminal flojo. Por una parte no queda más que admirar el trabajo de edición, pero por otra, como mexicano (que tiene en mente la imparable y continua desaparición de mujeres en el país) el caso resulta casi ridículo. No se trata de minimizar la desaparición de un niño, se trata de reconocer la insensibilidad provocada por el ambiente de violencia cotidiana.
La historia contada de manera lineal no interesa a ningún latinoamericano porque cualquier noticiero incluye un caso igual o peor. De hecho al final me sentí muy decepcionado. No obstante, la cinta me atrapó me mantuvo interesado y quizá sólo el final me pareció inverosímil.
La ingenuidad del investigado es fuera de este mundo, sólo posible en Australia. Lo mismo que la fragilidad mental del policía que se quiebra a cada rato porque tiene que decir mentiras. Yo imaginaba que en una policía tan profesional tendrías exámenes para determinar la capacidad de cada elemento y escoger un policía adecuado que no muera de miedo por interpretar un personaje.
La mejor escena de la cinta es una maldita burla. Es tan sólo un sueño que no tiene ningún significado para trama. Por otra parte asumir que el modo de recargarse en una pared es un elemento fiable para descubrir culpabilidad es pura basura. Si fuera real Jim Morrison (The Doors) sería culpable de ese crimen.
Aunque intento imaginar lo raro que debe ser el caso para los australianos, el operativo policiaco y la historia que inventan son totalmente alocados. La confesión obtenida me parece tan inválida como la que se obtiene con tortura. Entiendo que el teatro les llevó a la evidencia, pero la doctrina del fruto del árbol envenenado la haría inadmisible.
El valor de esta cinta, además de su extraordinaria y laberíntica edición, es una fotografía muy buena y grandes actuaciones, es decir, es un filme muy bien hecho. El extra es la bofetada de reconocer que estamos en el hoyo en cuanto violencia y justicia se refiere. Nos queda mucho por hacer y mejorar. (Ab.)
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