9 semanas y media es un clásico cachondo. No es un buen ejemplo de una relación, pero son buenas ideas para recuperar la sonrisa en el día a día. Desde la música hasta los rituales cotidianos, pasando por la comida, la bebida y los amarres. Obviamente siempre es más divertido cuando hay pareja nueva, por eso John (Mickey Rourke cuando era guapo) tuvo otras parejas antes que Elizabeth (Kim Basinger). Seguramente con ellas perfeccionó la técnica del maltrato que las excita. Por ejemplo eso de dejarla encerrada en el departamento y luego hacer lío porque la morra revisó los cajones. Digamos que John es un poquito tóxico. Supongo que ésta fue la versión ochentera de
El último tango en París (1972) pero la referencia más obvia es a la música de
Tiburón (1975). La historia es que una mujer recién divorciada necesita de un clavo para sacar otro clavo y aunque tiene ayuda de su compañera de trabajo, cuando acaba la cinta ya no recuerda de quién se divorció.
La película es más una colección de momentos que una historia. Si hay historia pasa de noche. La idea es mantenernos entretenidos con las tomas lindas de los cuerpos y las ropas y las fresas y cada cosa boba que aparece.
El mensaje, si es que hay uno, sería: carpe diem. Es decir, úsalo antes de que se pudra, pero Amiga, date cuenta. Si te maltrata, no te quiere. Pero un poco más en serio, supongo que el verdadero mensaje, tácito, es que no hay que confundir la calentura con el amor. Diría Woody Allen: el sexo sólo es sucio si se hace bien. (Ab.)
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