The Lion King - Roger Allers & Rob Minkoff (1994)


EL REY LEÓN  en dibujos animados es un clásico que incluso los niños recomiendan y que fue adaptado al formato musical en teatro y mal copiado en versión LiveAction. Seguramente todo el mundo la ha visto o la verá en algún momento de su vida. Es tan popular que YouTube hay videos que se dedican al análisis: 1) del color; 2) las semejanzas entre Hamlet y Simba; 3) el hecho de que se inspiró en una producción japonesa llamada Kimba el león blanco; 4) el fascismo o nazismo. En mi opinión lo mejor es verla con el cerebro apagado y dejar los análisis para después. Es una gozadera desde el inicio con la presentación del cachorro, después con las bellas hienas, más tarde es necesario cantar Hakuna Matata, luego gozar con Scar y al final reconocer que el ciclo de la vida es inevitable. Es una joya de principio a fin y sin embargo... dos trampas me molestan porque ambas llenan las mentes de tonterías.

Una: Nala está muy decidida a ser reina y todos sus sensores de ambición se encienden apenas descubre que Simba está vivo. Claro que Simba vuelve para ser rey pero quién dice que no puede escoger como reina a otra leoncita sexy de la manada. Obvio todo es una trampa por que los leones no son monógamos y sólo se están metiendo ideas locas a los niños. Pero al menos el pinshi Leoncio es heterosexual. No hubo inclusión forzada.

Dos: El desmadre de la monarquía en la sabana. Nunca he entendido porque se supone que el León es Rey de la selva. Timón y Pumbaa son libres en un territorio sin gobierno y son felices, no necesita un gobernante. Pero el maldito león, que cuando chico recibió el discurso de "algún día todo esto será tuyo" y preguntó por la Cheyenne, ya tiene el cerebro lavado y cree que el territorio es una propiedad y que sus habitantes son súbditos. Para empezar, el territorio de un león es un asunto cambiante y no es cuestión de herencia sino de conquista física y control beligerante. No tendría lógica pelear por un territorio cuando tienes otro mejor, lo sensato sería mudarse. Pero sobre todo, aunque los animales del filme parecen reconocer autoridad al león, no se explica qué carajos hace el monarca por ellos. Obviamente se los come, pero eso no parece una prestación deseable. En consecuencia, la idea de que entre animales libres hay uno que debe dominar a todos los demás es evidentemente un lavado de cerebro indeseable. Es tan asqueroso que los amigos de Simba, al saber que el gatito es de la realeza, se dedican a adularlo con la intención de ganar algo, pero no sabemos qué.

Obvio está en Disney Plus.

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