Catch Me If You Can - Steven Spielberg (2002)
ATRÁPAME SI PUEDES está en Netflix. Esta cinta es puro gozo hollywoodense. Para comenzar, el elenco: Leo DiCaprio, todavía con cierta ingenuidad, se roba la cinta; Tom Hanks tiene un papel de idiota que le queda pintado; Christopher Walken es el padre sufrido perfecto; Martin Sheen es un dulce suegro romántico; Amy Adams lucía super ingenua y encantadora; Elizabeth Banks tiene ese toque de chica fácil que la destaca como cajera de banco; Ellen Pompeo, siempre olvidable, es una sobrecargo trepadora; y Jennifer Gardner, simplemente perfecta, se vende en un hotel de lujo por el precio correcto. La trama es la aventura de un rebelde con causa que no juega carreras con coches ajenos. Este chico, curioso como George, aprende todo sobre los cheques y exprime el tema para viajar por el mundo y darse una vida muy por encima de lo que el sistema le permitiría legalmente.
La recreación de la aerolínea PanAm, el vestuario, los zapatos, los peinados, los coches, los teléfonos fijos, la música, las referencias a James Bond y las series de televisión, todo suma y se convierte en un sueño que no quieres que termine. El mundo era bonito antes del celular y las computadoras.
Spielberg sabe capturar el encanto de un mundo que se mueve a paso lento y hace que todo luzca artesanal. No es que la cinta sea perfecta, no lo es. No se explica la intensa actividad de Frank, que a pesar de tener muchísimo dinero sigue falsificando sin descanso. Es cierto, gasta mucho, pero su ambición es superior a sus gastos.
Después esboza el asunto de que la aventura es el motor. Lo hace porque puede, pero ya no es capaz de disfrutarlo. Es un adicto y de pronto, en la cárcel, se recupera de golpe y se acostumbra a un trabajo de oficina de esos que matan el alma. Se supone que la cinta se basa en una historia real, pero no queda claro qué fue lo real.
Por otra parte, el inicio en un juego de televisión "adivina quién", es olvidado sin justificación. No importa, porque el éxito del joven delincuente es demasiado sabroso para ponerse quisquilloso mientras miras sonrientes jóvenes sacudir sus caderas al caminar.
En el fondo, la cinta trata sobre el padre ausente. Frank apenas aprende dos cosas de su padre, una buena (nunca rendirse) y otra mala (comprar voluntades), y nunca descansa en el afán de recuperar la familia perdida. Está siempre solo. Sólo logra conexión con el agente que habrá de guiarlo por el buen camino. No tendrá que renunciar a su talento, sólo dejarse guiar por una figura paterna que lo protege en el extranjero y le permite volver a casa. Frank se entrega hasta que no puede seguir soñando con la reunión de sus padres.
La fabrica de sueños funciona perfectamente. El pobre joven con familia rota, logra aprender sin maestros y, al menos por un momento, vence al sistema. Pero el Estado, ese protector de los débiles, es una fuerza invencible. El joven aprende de sus errores y gracias a las autoridades tiene una segunda oportunidad en la que vuelve a la senda del éxito. De aquí sacó Telerisa el eslogan "Hay talento, sólo falta apoyarlo". Es basura, pero muy dulce e inspiradora. El cine es mentira, pero es la mentira más bella jamás contada. Hasta los títulos son bellos. (Ab.)
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