Sorjonen: Muraalimurhat - Juuso Syrjä (2021)
Este filme, disponible en Netflix, es derivado de una serie que no he visto, pero eso no lo supe hasta que comencé a escribir esta reseña. Lo advierto, porque quizá para aquellos que vieron la serie haya cosas más claras o encuentren más motivos para empatizar con lo que sucede en esta entrega. Para los que cayeron directo en la película, el personaje principal, Sorjonen, es un poco raro y flojo. Se da por hecho lo que sucedió con él. Algo lo hizo perder el control y se recluyó voluntariamente en un hospital psiquiátrico. Pero su condición no parece ser grave, con un poquito de estímulo le basta para sentirse bien, salir de allí y ponerse a trabajar en lo que le gusta que es la psicología forense. Además su hija ha seguido sus pasos y tiene las mismas ideas en la cabeza. Muy al estilo de Hannibal Lecter, una investigación requiere la ayuda de Maasalo, un asesino recluido en prisión, para capturar a una asesino apodado el Juez que ha pintado unos murales con sangre. Obviamente lo van a sacar de allí para que se fugue y tendrán que perseguirlo mientras descubren y atrapan al Juez.
Gracias a pistas falsas, la trama avanza lentamente. Tenemos sospechosos que no son los correctos, pero hace falta que ellos digan y aclaren que no son ellos los asesinos, porque Sorjonen no anda muy chispa. Nunca parece un genio de la investigación.
Parece que copiaron una buena idea pero sin haber visto la serie el arco dramático del protagonista aburre. Quizá lo más impresionante es la apariencia de Sorjonen antes y después del hospital psiquiátrico, porque los murales de sangre parecen hechos con aerosol y no con sangre. No hay coagulación evidente.
La cinta parece publicidad para la serie, ya que quizá hayan violado a Sorjonen entre ocho y eso fue lo que le afecto mentalmente. Sinceramente no se me antoja ver eso, pero supongo que hay clientes para todo. De cualquier modo la película entretiene. (Ab.)
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