Flypaper - Rob Minkoff (2011)
Esta cinta disponible en Amazon es malísima pero tiene un buen cierre. Una vez concluida, no queda más que odiar a Patrick Dempsey y sentir pena por el director. Si repasas la historia, descubres que se trata de una buena idea, complicada pero inteligente. Si miras cada escena, notas que todo estuvo mal, por eso decepciona y da coraje. La idea es que dos bandas de ladrones de distinto nivel entran a un banco para robarlo, pero dentro hay un loquito súper listo que logra descubrir que los ladrones fueron utilizados como distracción mientras alguien más obtiene el botín. ¿Suena interesante, cierto? El problema comienza al filmar. No se explica qué banco es, ni porque hay tanto dinero allí. No muestran su ubicación, ni su cercanía con la policía, ni porqué no llegan clientes, cuando dentro hay al menos un par. Tampoco entendemos al genio, una especie odiosa de Sherlock Holmes aficionado sin razón para estar en el banco.
El director nunca encontró el tono ni el ritmo, y convirtió a los asaltantes en una caricatura. A unos los pinta como si estuviera haciendo el remake live action (chafa) de los Chicos Malos, esos ladrones con antifaz que aparecían en las historietas del pato Donald. Y los otros, son los protagonistas de la serie Duck Dynasty.
Quizá la idea hubiera funcionado si hubiera contado con una par de protagonistas con química que dieran coherencia a los demás personajes. Otra vez no. Ashley Judd, luce cansada y sin ganas, mientras Patrick Dempsey no puede ocultar que es pésimo actor.
Quizá Harrison Ford hubiera encontrado el modo de ser varonil e inteligente sin perder el humor. O quizá Woody Allen habría sido el perfecto neurótico capaz de descubrir todo en su alteración. O posiblemente Denzel Washington hubiera actuado con seriedad brindando el contraste necesario a la comedia. También Jack Black lo hubiera hecho bien en ese personaje torpe pero con suerte que tanto le gusta. Hasta Adam Sandler o Kevin Hart hubieran tenido mejor resultado.
La elección del protagonista masculino arruinó esta cinta. Vemos a un tipo que no parece muy listo usando lentes de sol al interior de un banco (conducta prohibida hace años) porque se siente galán. Usa una alarma en su reloj para recordar que debe tomar medicinas, gusta de escuchar el tintineo de las monedas en sus bolsillos (ese fue el pretexto para entrar al banco) y siente asco al besar a la guapa Ashley. ¿Es en serio? Dempsey no sabe dejar a un lado su pose y convertirse en un freaky.
La realización es tan mala que 2 aficionados con pistola empatan contra 3 profesionales con metralletas, el odioso y sucio guardia de seguridad no cumple con el físico ni con el historial para serlo y la guapa alta rubia parece travesti.
Esta película es un claro ejemplo de todo lo que puede salir mal a pesar de que en el papel todo luzca interesante y divertido. Es una lastima que Ashley Judd y Octavia Spencer hagan el ridículo. Los únicos que se mantienen firmes en la tontería y aguantan hasta el final con orgullo son Peanut Butter (Tim Blake Nelson) y Jelly (Pritt Taylor Vince). Un aplauso para ellos por su esfuerzo y dedicación. (Ab.)
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