Flight/Risk - Karim Amer & Omar Mullick (2022)


No creo que este filme, disponible en Amazon, tenga mucho valor cinematográfico pero es una excelente denuncia. Exhibe  como funciona el mundo. El documental muestra que Boeing, esa empresa que fabrica aviones, es dueña de la ciudad de Seattle. Quizá ahora copropietaria con Amazon. Juzguen ustedes. El asunto es que fabrican el 737 MAX 8, un éxito de ventas, pero que tiene una pieza y un software que provoca que un par, quizá más, de accidentes aéreos. E
l 29 de octubre de 2018 cae el vuelo 610 de Lion Air y el 10 de marzo de 2019 cae el vuelo 302 de Ethiopian Airlines. 346 víctimas. Esto se divide en cuatro ramas: 1) La parte de las víctimas, casi irrelevante porque está tratada como telenovela y es lo más débil de la trama; 2) La reparación que reciben los familiares de las víctimas, vista por encimita casi como para decir que fue insuficiente; 3) La denuncia de que Boeing estaba haciendo aviones demasiado rápido para ganar más dinero; y 4) El encubrimiento por parte de la FAA, la agencia gubernamental que debía revisar el trabajo de Boeing. 

Las primeras dos sólo son para recordarnos que la culpa siempre es atribuible a los pilotos porque están muertos y no pueden defenderse, las víctimas guardan penoso silencio mientras son barridos bajo la alfombra y los familiares abrigan la esperanza de recibir una lana que los saque de pobres. 

La tercera es sobre la sistemática codicia empresarial. Todos los negocios buscan ganar más. Para ello hacen lo que sea necesario, bueno y creativo o torpe y malo. Quizá incorporen tecnología a su línea de producción para recortar personal o quizá exijan a los empleados trabajar más rápido. Las estrategias suelen incorporarse cuando la inflación aprieta o cuando hay nuevos socios que quieren recuperar su inversión. Nada nuevo bajo el sol. ¿A quién le importa si se cae un avión?

La última y más nefasta. El gobierno trabaja para las grandes empresas. No trabaja para proteger a los débiles, trabaja para proteger a los empresarios porque ellos pagan sus vacaciones en Florida o en Bahamas. Lo sabroso del asunto es que medio Seattle trabaja para Boeing y tienen prohibido hacer denuncia de cualquier cosa que parezca sospechosa. Además se subraya que la gente de la FAA no "vigiló" la fabricación de aviones y existe un permanente intercambio de personal entre Boeing y la FAA.

Nada de esto puede sorprender a un mexicano que esté  enterado de la caída del tren de la Línea 12 del Metro. El gobierno de la ciudad encarga una obra pública que no queda bien y se empeña en usarla hasta que viene el "imprevisto". Después solicita una investigación que descalifica por inconveniente y fifí. ¿Cuál es la diferencia en el caso de Boeing? (Ab.)

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