Amandla - Nerina De Jager (2022)

Esta telenovela racista, disponible en Netflix, es una mala copia de una de las tres historias de Amores Perros (2000). Es una de esas cintas en que el director decide meter en una licuadora todos los clichés del drama y después vaciar la mezcla en el peor contenedor posible. Te recomiendo evitarla; pero, para quitarte la curiosidad, puedes leer esta reseña. AMANDLA significa energía en Zulu, pero no tiene sentido como título. El recipiente es Sudáfrica en tiempos del Apartheid. Un par de niños de raza negra, Impi y Nkosana, viven felices en la granja de una familia blanca.  El mayor está enamorado de su patrona, la niña rubia Elizabeth. Unos jóvenes blancos muy malos visitan la finca y lanzan excremento a los pobres niños que nunca habían sospechado que eran odiados por los blancos y que serían maltratados, a pesar de que sus padres habían hecho lo posible para advertirlos. La niña rubia llega al rescate e interrumpe el maltrato. Pasan unas horas y los jóvenes malignos pasean por la finca para encontrar al hermano menor escondido espiando a la güerita. Al parecer todo el mundo sabe que en esa granja los patrones adoran a los negros y los consideran unos traidores. Por la noche los jóvenes regresan para matar a los niños pero no los encuentran, así que se conforman con matar a los padres mientras la mujer les dice que tienen negro el corazón.

El hermano mayor, al más puro estilo de Pepe el Toro, se sacrifica robando casas para que su hermanito pueda ir a la escuela y se gana el apodo "el fantasma". El huerfanito menor crece y se convierte en policía sólo para entrarse de que su hermano es ratero. Poco faltó para que mientras uno jugaba con su perro el otro robara farmacias.

El fantasma tiene una novia embarazada y, sin buscar trabajo,  decide que a partir de mañana dejará la vida de ratero para ser un padre ejemplar. La banda de la zona tiene otros datos y lo levanta para decirle que tiene que trabajar para ellos. Por extraño que parezca no es el Jarocho exigiendo que le paguen por su perro muerto.

Los malos exigen al fantasma que robe el dinero que la niña Elizabeth junta para los pobres y que la viole. No sabemos porque el líder de la banda es tan malo, ni porque los huérfanos contaron su triste historia, ni por qué el líder malo conoce esa historia, ni por qué odia a ese par de idiotas. Ni cómo es que sabe casi todo del fantasma si se supone es un fantasma. Ni por qué ignora que el hermano es policía. 

El fantasma podría delatar al jefe mafioso con su hermano policía para que lo detenga o lo mate, también podría huir haciendo gala de su calidad fantasmagórica, pero prefiere evitar problemas y permite que maten a su esposa. Finalmente, los angelitos negros, Caín y Abel, se irán al cielo cantando juntos en la misma nube con la rubia de su infancia. No  te cuento todo porque me da flojera, pero hay balazos y escenas cursis. El mensaje mierda de esta película parece ser: La gente blanca era muy mala, los negros son peores y el PRI robaba más. (Ab.)

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