The Mustang - Laure de Clermont-Tonnerre (2019)
Hay películas que desafortunadamente se pierden entre el mar de producciones de todo tipo. Mustang: La rehabilitación, disponible en Netflix, tuvo todo para ser un gran éxito. Incluso el apoyo de Robert Redford. Sin embargo, voló bajo el radar. La película trata sobre Roman Coleman, un preso con problemas de control de ira, que cumple una larga sentencia y tiene la oportunidad de trabajar en un programa de rehabilitación que tiene por objetivo domesticar potros salvajes. Dicho programa se mantiene funcionando en varios estados gringos gracias a las ventas de los caballos. No puedo imaginar nada que simbolice mejor la libertad que esos caballos dueños de sí mismos. Si alguna vez has visto un caballo salvaje sabes que son impresionantes. El contraste entre la libertad de los animales y los convictos da mucho que pensar y resulta triste la idea de que sean domesticados.
Hay una conexión evidente entre Roman y Marquis, un caballo particularmente agresivo e indomable. En realidad la cinta juega con la ambigüedad, quizá es el potro quién domestica a Roman. Revelar esto no arruina la cinta, es indispensable observar las escenas para poder sentir la emoción. Hay imágenes que emanan magia.
Mientras la relación entre el caballo y el humano crece, se descubre el pasado de Roman. ¿Qué hizo? ¿Cómo lo hizo? ¿Cuánto tiempo pasó entre la decisión y el acto? ¿Qué consecuencias tuvieron sus actos?
Obviamente hay un breve desvío hacia los problemas de la vida carcelaria, pero sólo para que no pienses que el personaje está de vacaciones como sugiere uno de los personajes al subrayar el bronceado.
Myles (Bruce Dern) y Henry (Jason Mitchell) enseñan a montar a Roman y le indican cómo trabajar con los caballos. Sus consejos son parte importante de la trama. Por otra parte conocemos a Martha (Gideon Adlon), hija de Roman, que visita a su padre en busca de una firmas para emanciparse y tiene oportunidad de ventilar sus heridas. Los ojos de esta mujer son hermosos y conmovedores.
Matthias Schoenaerts hace una interpretación salvaje de Roman. Imagino que cualquier actor quisiera una oportunidad así y no creo que todos pudieran fundirse de este modo con el personaje. Hay escenas muy divertidas en las que su lenguaje corporal habla todo lo que Roman no puede expresar con palabras.
Aunque la estrella de la cinta es Marquis, el caballo, cuya inteligencia y fuerza son probadas de manera constante, resulta muy gratificante ver los paisajes y al final puedes ver a los hombres reales con sus caballos. Hazte un favor y mira este filme. (Ab.)
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