Noche de fuego - Tatiana Huezo (2021)

Prayers for the Stolen es el otro título de este sutil, rebelde y magnífico filme, que puedes ver en Netflix, y me cuesta trabajo entender que incluso en cintas mexicanas el título sea mejor en inglés. Quizá es muy obvio, por ser el título de la novela en que se basa la cinta, pero suena más interesante y describe mejor lo que ves en pantalla. Para asegurar el retorno de la inversión se intentó vender la cinta como un filme de acción, cosa que es mentira. La cinta no es muy comercial, no puedes apagar el cerebro, al contrario, requiere mucha atención. Quizá te  enganche su fotografía macro de la naturaleza y sus tomas casi oníricas de polvo y agua. Su contenido es mayormente visual, casi simbólico y digerirlo requiere tiempo. La vi por la noche y me fui a dormir sintiendo que era un filme sobrevalorado. Sin embargo, al despertar mi cabeza ya había organizado las imágenes y mientras de bañaba comencé a encontrar el hilo que me permitió apreciarlo todo.

Sufro un poco esas cintas que muestran lo mal que anda el país o el mundo. Basta estar al tanto de las noticias para saturarse. Esta cinta no explica mucho, muestra de manera cruda el antes y el después y te obliga a imaginar el resto.

La historia es sobre tres niñas conviven en un pueblo en las montañas controlado por narcotraficantes. Comienzan con unos 8 años y cuando el filme termina ya son adolescentes. Digamos que en el nivel más obvio la cinta trata sobre los peligros de ser mujer en un lugar así. Pero la cinta muestra mucho más.

La cinta contiene tranquilas escenas del bosque y los insectos, la zona es un paraíso aislado casi sin hombres en que sus pobladores suben a la cima del cerro en busca de señal para sus teléfonos celulares. En contraste, aparecen secuencias de una demolición en una mina al aire libre, incluyendo trabajo infantil, y la presencia simbiótica de militares y narcotraficantes. 

Todas estas imágenes se suman creando un pesado silencio.  La gente trabaja en los campos de amapola más por protección que por dinero y nunca hablan abiertamente de qué sucede. Los maestros rurales son aislados, trabajan allí, pero no son parte de la comunidad. 

La cinta es pura denuncia, las niñas nadan en una poza de agua turbia. Están juntas pero no son hermanas. Su amistad y sus juegos son lo que las mantiene niñas. El peligro no les impide vivir. Aunque el desenlace es horrible, no sorprende la traición, sorprende la estupidez. 

No quiero arruinarte la experiencia, quizá no deberías leer este párrafo sin haber visto la cinta. La suma de las imágenes obliga a hacer consciente que las niñas, tú y yo somos ganado. No somos dueños de la tierra, ni de nosotros mismos. Estamos sujetos al Estado, a las grandes empresas, al narco. Nada garantiza nuestra vida, ni nuestra seguridad. Es necesario cambiar el sistema, retomar el poder, dejar de ser víctimas y tomar las riendas de nuestro destino. (Ab.)

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