First Reformed - Paul Schrader (2017)
FIRST REFORMED está en Netflix. Es un filme de apariencia simple en el que la vida de un sacerdote cristiano protestante, que estuvo casado y perdió un hijo, que se dedica a atender una parroquia histórica (museo) mientras lucha con el alcoholismo y con su fe, se ve sacudida cuando le solicita ayuda un matrimonio en crisis formado por un hombre ecologista y una mujer embarazada que resiente la presión de su esposo por abortar. Aunque el filme parece tratar la pérdida de la fe y la necesidad de actuar en el mundo de los hombres, el tema es otro. Antes darles mi versión debo decir que la película cuenta con una de las escenas más cachondas que he visto. Aunque puede ser calificada de ñoña, debido que no hay desnudos ni sexo, me parece clave en la desesperación del personaje central. En la escena el Sacerdote Toller interpretado por Ethan Hawke se tiende en el suelo boca arriba mientras Mary (Amanda Seyfried) se tumba sobre su cuerpo para tener el máximo contacto posible mientras se miran a los ojos y respiran a la par. No sé si ustedes han hecho esto, con o sin ropa, lo recomiendo mucho.
Otra razón para ver esta cinta es la labor de convencimiento que ejecuta Michael, el ecologista, sobre el sacerdote y las respuestas que obtiene. No solamente las verbales, también las acciones. El sacerdote encuentra los motivos que necesita en esta pareja mientras se siente traicionado por la Iglesia que representa. Toller debe callar que su congregación otorga un aval moral que encubre daño al medioambiente por dinero.
Para mí, sé que hay otras interpretaciones, el tema central de la cinta es el suicidio. Toller se está matando con alcohol y piensa en matarse con un buen vaso de destapacaños en las rocas, pero su religión le prohibe hacer eso. Otra pista es que el sacerdote descubre un suicidio que le cambia la vida. No sólo porque siente la necesidad de completar la obra del suicida, también porque le facilita caer en la tentación y el pecado.
Toller hace malabares en su mente para no suicidarse y no rendirse ante la enfermedad y la lujuria. La solución, al igual que en La última tentación de Cristo (1988), es el sacrificio. Es decir, Toller piensa que no comete suicidio si su móvil es hacer justicia, hacer la voluntad de Dios. Sin embargo, en contraste con aquella cinta, cuyo guión también escribió Paul Schrader, los factores se invierten. En este filme, primero vemos martirizado al protagonista y después lo vemos disfrutar de su fantasía. (Ab.)
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