Akelarre - Pablo Agüero (2020)

AKELARRE es una joya de Netflix. Si lees de vez en cuando este blog, ya sabes que las brujas son mi debilidad. Así que no puedo ser objetivo. En otras palabras, me encantó, soy fan y podría verla varias veces. La película cuenta que, en el País Vasco, una grupo de mujeres jóvenes pasan el día platicando mientras realizan su trabajo cotidiano. El pueblo junto al mar sólo tiene mujeres, porque los hombres son marineros. Pero es 1609 y la Inquisición anda persiguiendo moros, herejes y brujas. Tres inquisidores llegan al pueblo para hacer, lo que ellos consideran, su trabajo. Obviamente son prepotentes y abusivos, no pagan por su hospedaje y alimentos. Las jóvenes son capturadas, recluidas, atormentadas e interrogadas para que confiesen que han participado en el Sabbat de la brujas, una especie de misa negra, que ni los inquisidores saben en qué consiste. La cinta está hablada a ratos en español y a ratos en Euskera. Los inquisidores no han aprendido Euskera así que las jóvenes tienen oportunidad de comunicarse sin que sus captores entiendan. Esta lengua en sí misma significa una amenaza. 

Las chicas no son brujas pero ya saben que las van a quemar vivas. Así que juegan sus cartas, con la intención de hacer tiempo y que los marineros puedan regresar para evitar que las asesinen.

Lo más nefasto de la película es que no es posible detectar si los inquisidores están convencidos de las sandeces demoniacas que imputan a las mujeres. No me atrevo a afirmar que sólo están justificando su chamba, pero me parece que queda sugerido que se saben parte de una farsa.

La cinta da para muchos análisis. Desde la necesidad de conservar lenguas; pasando por la evolución de la técnica de los  interrogatorios y el poder del relato para afectar la realidad; hasta exhibir que el Gobierno puede decidir acabar con la población que implica una amenaza a su existencia.

Hablar de empoderamiento femenino en esta cinta, me parece facilón y bobo. Las mujeres de esta cinta, a pesar de ser inteligentes y creativas, son sólo víctimas. Además queda muy claro que el Diablo sabe más por viejo que por Diablo.

Lo más sabroso de la cinta es ver la representación del Sabbat de las brujas y como el inquisidor principal cae en la tentación de tocar y arrodillarse ante aquello que dice odiar. Amaia Aberasturi es hermosa y su mirada llena la pantalla. Tienen que ver esta cinta que ganó algunos Goya. 

Si te gusta el tema te recomiendo leer Con el diablo en el cuerpo de Esther Cohen. (Ab.)

Si te gustó esta reseña, hagamos una fogata en el bosque en noche de luna llena , para cantar y bailar.